“Su muerte no fue un suicidio, sino una inmolación. Siempre decía que si sus palabras no servían, debía servir su silencio”, afirmó.
La semana pasada finalizó sus exámenes de vuelo, el abogado Sergio Aranda, quien recibió el título de “Piloto privado de avión”, de manos del Inspector de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), Javier Navarro y gracias a las instrucciones de Martín Baztarrica, del Aero Club.