Martes 19 de Abril de 2016

ACOMPAÑAMIENTO TERAPÉUTICO

¿Qué hacer con el niño que no puede jugar?

El acompañante terapéutico debe ser él mismo la herramienta lúdica de aquellos niños que no pueden jugar por estar inhibidos en el campo de la creatividad y la imaginación.

Sólo así, el niño confiará en que fuera de él y en el “otro”, hay algo de su mundo, de su placer y de su persona que lo motive a vincularse. Entonces, el acompañante debe ser el puente que posiblite cruzar del padecimiento a la salud, de la desconexión total a la conexión relativa, de la disociación a la integración, de la soledad a la compañía.

El A.T. podrá sostener y guiar saludablemente el juego del niño. Podrá construir junto al niño soluciones creativas o reconstruir juegos que el pequeño solicite reparar. Podrá brindar alternativas y esperar que el niño construya su contenido. El A.T. tendrá siempre en cuenta ser cuidadoso y no invadir al niño con su propio juego.

El A.T. funcionará como un puente que le posibilite al niño transitar desde su padecimiento a su bienestar y donde “al acompañar se cree un vínculo con el paciente... Un espacio entre la desolación y la esperanza, entre la desconexión y la pertinencia, entre el silencio estratégico y la palabra orientadora...

Transicional, además, porque funda un espacio temporal entre lo que hubo y lo porvenir, donde un futuro puede ser concebido como posible..

En los casos donde el niño no juega por inhibición, es importante saber que el proceso empático, que debe suceder para que la cura avance, es a veces vacío de simbolismos, de palabras, de miradas y que ese vacío es parte de lo que el niño padece, porque no encuentra nada allí para aferrarse... Vacío que el A.T. no debe llenar, sino saber recrear para así poder descifrar los estados emocionales del otro y reaccionar frente a ellos en el intercambio afectivo. Por lo tanto, para leer el lenguaje tanto corporal como emocional se necesita estar en contacto con el propio bagaje, para así poder tener una sensibilidad reflexiva ante la expresión del niño.
 En niños con patologías graves es importante considerar “la presencia del A.T.”, donde la mirada y el gesto juegan a ser palabras y acciones, donde el silencio le posibilita al niño que busque y explore sus sonidos y sensaciones, la espera es la que viabiliza esta búsqueda, porque el niño, aunque no juegue manifiestamente, sabe que hay otro dispuesto a dibujar respuestas y a sostener vacíos que hacen que su padecimiento sea compartido.
En estos casos no se puede esperar que el juego surja espontáneamente como una propuesta del niño, porque no hay posibilidad desde la estructura para que esto suceda. La intervención del A.T. será estar atento a cualquier indicio para comenzar a tejer y a inscribir simbolismos. La mayor parte del tiempo estamos en silencio pero activos con los gestos, con las miradas y con el cuerpo. Estos indicios, que a veces son sonidos o primitivos gestos, serán para el analista tan ricos como si este niño pudiera jugar y usar su cajón de juegos durante su sesión. El A.T., en esta posición, no propondrá juegos, ni aceptará roles impuestos, sólo estará allí para acompañar a un sujeto que se encuentra detenido en su maduración más primitiva.
Es importante considerar al juego como un dispositivo clínico para el trabajo del A.T. con niños. El juego como manifestación de la conducta humana tiene un proceso evolutivo que comienza con juegos funcionales para luego pasar a los de ficción o simbólicos y, por último, al juego reglado. Dentro de cada una de estas etapas lúdicas habrá indicadores que darán cuenta de aspectos evolutivos fundamentales tales como: la estructuración del esquema corporal, el dominio del espacio y la configuración del tiempo que le dará al niño la noción de continuidad. También los juegos aportarán a la esfera psicosocial tanto el desarrollo de la autonomía como el equilibrio emocional. Pensar, entones, al A.T. como un “acompañante lúdico” sería más que pertinente, porque si éste tiene los conocimientos de cada una de estas etapas del juego, podrá, mediante sutiles disparadores, posibilitar la evolución del mismo.
                         
“Juntos A La Par”
Asociación civil de acompañamiento terapéutico nuevejuliense
TEL: 2317-15-446712
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