Lunes 5 de Abril de 2021
La comunidad católica celebró las Pascuas de Resurrección
La Pascua es la fiesta central del cristianismo en la que se conmemora, de acuerdo con los evangelios canónicos, la resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado, al igual que Navidad inicia su octava el día de Navidad y concluyendo en la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, la Pascua inicia su octava el Domingo de Pascua, concluyendo en la Fiesta de la Divina Misericordia.
Esta celebración marca el final de la Semana Santa (y del Triduo Pascual), en la que se conmemora la muerte y resurrección de Jesús. A la Semana Santa le sigue un período de cincuenta días llamado Tiempo pascual. Al igual que el Bautismo de Jesús, marca el final de la Navidad, Pentecostés, marca el final de la Pascua.
El Domingo de Resurrección o de Pascua es la fiesta más importante para todos los católicos, ya que con la Resurrección de Jesús es cuando adquiere sentido esta religión.
Se conmemora, principalmente, el paso de Jesucristo de la muerte a la vida, su resurrección, acontecida en domingo, en el tercer día de su muerte, para salvar al pueblo de Dios, que queda liberado así de las consecuencias de los pecados que lo alejan del Creador.
En nuestra ciudad, la celebración central tuvo lugar en la Iglesia Catedral “Santo Domingo de Guzmán”, a cargo del Obispo Diocesano, Ariel Torrado Mosconi.
HOMILÍA DEL VIERNES SANTO
Cristo nos ha hecho hermanos de sangre, ya no podemos vivir divididos y enfrentados
Fue el mensaje del Obispo de la diócesis tanto al presidir la celebración de la Pasión del Señor en la Iglesia catedral como al encabezar el Vía crucis en el paseo emplazado en el paseo de la ciudad este viernes santo.
A horas tempranas de la tarde en la Iglesia catedral tuvo lugar la acción litúrgica de la Pasión del Señor presidida por el obispo Ariel Torrado Mosconi y en la cual concelebró también Mons. Alfredo Horacio Zecca.
Participaron los fieles, siguiendo todas las normas sanitarias de distanciamiento, y un grupo de seminaristas de la diócesis que tuvo a su cargo la organización de la liturgia. Luego del ingreso en un impresionante silencio y el rito de la postración, se proclamaron los textos de la escritura y la pasión según san Juan.
El prelado pronunció la homilía y se realizó la oración de los fieles que, cada viernes santo tiene una connotación más solemne, extensa y un contenido verdaderamente universal para expresar la mediación del Hijo de Dios por medio del sacrificio de su cuerpo entregado y su sangre derramada intercediendo por todo el género humano.
A continuación se realizó el rito del descubrimiento y la adoración de la santa Cruz, este año con gestos diferentes para evitar contactos que puedan favorecer contagios, que culminó con un piadoso saludo a la Madre del Señor contemplada al pie de la cruz. Se realizó luego el rito de la comunión con las formas consagradas en la Misa de la Cena del Señor del jueves santo ya que, cabe recordar, el viernes santo es el día en el año en que no tiene lugar la celebración de la santa Misa, culminando la celebración con el mismo silencio con que había comenzado.
En la homilía de tal celebración, el obispo meditó: “es importante escuchar a Dios que nos habla desde la cruz. Desde su cruz y también desde la nuestra”, considerando “que todos los dones nos llegan desde la cruz de Cristo, por eso hoy podemos pedir con toda confianza por todo lo que necesitamos y especialmente hoy rezaremos para que nos libre de esta pandemia”. Luego el obispo hizo referencia a la importancia de la contemplación de la cruz en silencio, y a besarla con reverencia y unción. A través de ese gesto aceptamos nuestros propios sufrimientos y creemos que también nuestros sufrimientos unidos a los de la Pasión de Jesús serán causa de nuestra salvación”, exhortando finalmente a “comulgar con la cruz de Cristo que nos ha hecho hermanos de sangre, ya no podemos vivir divididos y enfrentados. Esto vale para nuestras familias, para todos los argentinos y para la humanidad entera”.
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