Lunes 21 de Octubre de 2013

"Nuestro primer sesquicentenario nos encuentra en plena etapa de libertad, de derechos y también de obligaciones"

Discurso del Dr. Walter Battistella, Intendente Municipal.

Dr. Walter Battistella

Intendente Municipal.

"Todos tenemos nuestras responsabilidades hacia el pasado y en el presente, pero también las tenemos de cara al futuro. Y es por eso que hay que anteponer el interés de todos por sobre el de cualquier sector", expresó el jefe comunal.

En oportunidad de dirigirse a la comunidad en la conmemoración del Sesquicentenario, antes del inicio del desfile, el Intendente Municipal de 9 de Julio, se refirió en primera instancia a la celebración del Día de la Madre, coincidente con esta fecha.

"La madre es la primera maestra en el largo y complicado camino de nuestras vidas. Es la que nos da las alas necesarias para volar en libertad. Es el ejemplo a seguir para siempre. La que nos da todo sin pedir nada y el motor de nuestras familias. En este día, que se da esta feliz coincidencia, vaya nuestro más afectuoso saludo y reconocimiento para todas ellas, señaló el titular del Departamento Ejecutivo.

Asimismo, en referencia al Sesquicentenario, expresó que "150 años de historia, de luchas, de encuentros y desencuentros cargados en el bagaje de nuestra patria. El 27 de octubre de 1863 nace nuestra historia, enriquecida por los esfuerzos de muchos patriotas en sus encendidas defensas de un pensamiento basado en la libertad.

Somos un lugar con características propias. Tenemos riquezas invalorables que nos han permitido crecer a lo largo de esta fecunda historia.

Hay quienes tienen más obligaciones porque tienen más capacidades. Porque lamentablemente hay quienes no tuvieron las mismas oportunidades. Y entonces es por eso que debemos trabajar para hacer realidad aquello de que todos somos iguales ante la ley, porque también tiene derechos aquel que no tuvo igualdad de oportunidades", subrayó.

En tanto, en otro pasaje de su alocución remarcó que se puede "errar y acertar. De eso se trata la vida. La de las personas y la de los pueblos. Por eso es que siempre hay que intentar realizar los sueños. Y aquí, en 9 de Julio, hay muchos sueños cumplidos.

Hay que ser también agradecidos ante la posibilidad que la historia nos dio de consolidarnos.

Y 9 de Julio ha crecido. Con su debe y su haber, se desarrolló a lo largo de su fecunda historia. Y lo hizo acompañado por distintos procesos sociales, económicos y políticos.

Disfrutó y aprovechó las ventajas comparativas con las que cuenta y que la destacan.

Hoy podríamos afirmar que vivimos en un lugar donde los sueños se pueden hacer realidad.

Hay quienes soñaron un 9 de Julio grande y tantos otros que lo postergaron.

Hay quienes postergaron sueños y en ello se les fue la vida.

Hay quienes no disponen siquiera de tiempo para soñar.

De todos ellos se nutre este sesquicentenario.

Entre todos sentaron las bases de esta realidad.

Los tiempos, a medida que pasaban, iban cambiando y los últimos 50 años fueron pródigos en sucesos. 9 de Julio creció con esta democracia que recuperamos hace 30 años. Y lo hizo en los diferentes sectores sociales y económicos que nos dan identidad. Ciencia, tecnología, producción agrícola y educación.

El pasado reciente en términos históricos, también envuelve a 9 de Julio, con guerra perdida y mundiales ganados; con tanto sol y la cola de un tornado; con trenes que nunca llegan a mejorar; con todas las expectativas y todas las ganas; con el recuerdo de quienes dejaron la posta.

A lo largo de todo este tiempo los nuevejulienses vivimos las mismas etapas que el resto de los argentinos.

Vivimos etapas de unidad, de disgregación política y social, de tragedia a partir del desconocimiento de la voluntad popular.

También de docencia democrática, cuando Juan Domingo Perón y Ricardo Balbín nos marcaron a todos los argentinos que sólo ibamos a salir adelante a través de la unidad nacional. Los intolerantes de aquel entonces no lo entendieron y sufrimos mucho hasta que recuperamos la democracia.

Pero la democracia formal, aún cuando es trascendente, no alcanza en estos tiempos que vivimos. Hay que darle un contenido social desde las instituciones de la República, porque aquí no hay magia ni seres providenciales. Sólo seres humanos capaces de "pelear" todos los días para encontrar espacios superadores. Con problemas, con pesares, con alegrías pero con la posibilidad de expresarse libremente".

Agregó en este aspecto que "la tolerancia política es el respeto irrestricto a la convicción ideológica de los que piensan distinto. El tener ideas divergentes no debe ser motivo de escarnio o insulto. Así como la Constitución de la República decreta la libertad de cultos, igualmente consigna la libertad de ideas políticas. Donde no hay tolerancia, sobreviene el conflicto permanente.

Lo que permite la democracia como estado de vida es el reconocimiento a la diversidad y la convivencia de las diferencias ideológicas, religiosas, políticas y culturales en un marco legal e institucional común. En una democracia se gana y se pierde, así como en la lucha por el poder. Lo mismo puede y debe ocurrir con las otras disputas.

Lo que el régimen democrático permite es que esta toma del espacio y del poder por una de las partes no sea definitiva.

Todos tenemos nuestras responsabilidades hacia el pasado y en el presente, pero también las tenemos de cara al futuro. Y es por eso que hay que anteponer el interés de todos por sobre el de cualquier sector.

Concertar políticas de Estado que favorezcan a los que menos tienen, a los desposeídos de Yrigoyen, a los trabajadores de Perón, que son los mismos que hoy necesitan de la preocupación de quienes tenemos la responsabilidad de conducir a nuestras comunidades"

"Lo que en el Centenario se enmarcó en una etapa política agitada por los fantasmas de la antidemocracia, nuestro primer sesquicentenario nos encuentra en plena etapa de libertad, de derechos y también de obligaciones.

Queremos asumir plenamente nuestras responsabilidades. A poco tiempo de haber celebrado el Bicentenario de la Patria y hoy, con estos 150 años de vida que festejamos los nuevejulienses, pensamos que es tiempo de ejercer con plenitud nuestros derechos. Es por eso que queremos más autonomía para nuestros municipios para poder así desarrollar nuestras potencialidades desde el interior de la provincia de Buenos Aires.

Por supuesto que hay lugar para la fiesta. Y también hay lugar para consensos y disensos. Porque de eso se trata la democracia.

Y debería existir un espacio aún más amplio para que el debate se eleve. Para que se pueda aprovechar este momento y ubicar las diferencias en el lugar exacto. Que no es otro que el de la racionalidad y el respeto por la opinión de quien piensa diferente.

Las ideologías, afortunadamente, no han sido sepultadas. Están allí para remarcar las diferencias sin violencia y sin odios. Lo que permitirá que la comunidad comprenda, otra vez, de qué se trata.

Cómo no festejar, entonces, este sesquicentenario en libertad y con sobradas motivaciones para pensar y repensar nuestro futuro. Muchas felicidades, nuevejulienses!", finalizó.


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