Lunes 14 de Julio de 2014
Nota Editorial.
En estos tiempos donde los nuevejulienses nos hemos autoimpuesto la interesante posibilidad de diversificar la generación de recursos, explotando un fenómeno internacional como es el turismo a partir de pequeños atractivos, o simplemente la posibilidad de descansar en un ámbito distinto al de las grandes urbes, saliendo de la vorágine cotidiana y recuperando el contacto con la naturaleza; uno de los mayores patrimonios con los que cuenta la ciudad se erige como el emblema de esta tarea, meta, o desafío que es el de autoconvencernos de nuestras posibilidades como centro de atracción para que otros nos visiten: el autódromo municipal.
El escenario, emblema y puntal del desarrollo de 9 de Julio con el que distintas generaciones han soñado, es sin duda la punta del iceberg de esta tarea que nos debemos como comunidad, y en este contexto el mismo vuelve a redoblar su potencialidad y su importancia, dado el próximo vencimiento de la concesión vigente, el 31 de agosto próximo.
La necesidad de reinsertar al trazado en este desafío de generar atractivos turísticos obliga a evaluar alternativas para no volver a cometer errores que son parte del pasado.
Sin necesidad de hacer revisionismo histórico o político acerca de los pasos dados en la historia del trazado, lo importante en estos días es abrir el abanico de opiniones y voluntades para que nuestro autódromo recupere no solamente su vida, sino también su protagonismo comunitario.
A la luz de acontecimientos que han marcado la historia de este predio, es evidente que a nadie le quedan dudas de la necesidad de no caer en la “entrega” lisa y llana del mismo a cualquier entidad o empresa ajena a la comunidad, limitando tal instancia a fines específicos, como los que podrían ser la organización de una competencia automovilística.
En este marco, la generación de reuniones como las que ha venido impulsando el Concejo Deliberante con los distintos actores de la comunidad es una buena práctica, como también debería serlo la alternativa de la audiencia pública o un debate abierto a todos, escuchando todas las voces y las opiniones que puedan sumarse, aunque esto lleve largas jornadas, semanas o meses.
La participación activa y mayoritaria de entidades ligadas al automovilismo, como el Grupo Amigos del Autódromo u otras que vienen trabajando, y con el debido protagonismo de todas y cada una de las ONGs que integran esta comunidad, será el puntal fundamental para lograr la recuperación de este verdadero gigante olvidado, simplemente porque la participación genera compromiso, y el compromiso la acción que se requiere.
Paralelamente a ello, son también fundamentales dos cuestiones sobre las que la comunidad en general debe sincerarse: en primera instancia que los espectáculos automovilísticos son considerados más que como tales como negocios, y en este plano existen desigualdades competitivas para un distrito con respecto a provincias o polos de explotación turística con mayores posibilidades geográficas que 9 de Julio; con lo que partir de la base de la realidad, se dará sustento a cualquier propuesta que pueda surgir.
Por otro lado, debemos ser capaces de comprender que nunca más el autódromo debe ser considerado como un bien exclusivo del ambiente “tuerca”. El predio que lo rodea y hasta su misma estructura son propicias para los más diversos fines: esparcimiento familiar, competencias atléticas, ciclísticas, circuito de prueba para quienes aprenden a conducir o tramitan su licencia; y fundamentalmente espectáculos culturales de asistencia masiva, como los que otras ciudades llevan adelante en estos ámbitos.
Solo a partir de esta mirada integral, abarcativa, altruista e inclusiva de este patrimonio nuevejuliense se logrará rendir homenaje a quienes dejaron su vida en pos de una pista que hoy debe dejar de ser apenas eso, para convertirse en mucho más.
Ser capaces de un logro similar al de aquellos pioneros no solamente será un merecido homenaje a los mismos, sino también un premio a todos los que seguimos estando orgullosos de haber nacido o adoptado esta tierra.
La Dirección.
