Miércoles 20 de Agosto de 2014
Publicación pedida por Corriente Radical.
A partir de una nota publicada en un periódico porteño, a propósito del reciente discurso presidencial en los balcones interiores de la Rosadita (¿o era la Casa Rosada?) proponemos un ejercicio de memoria. Y no tanto, porque también nos toca ahora a los nuevejulienses, tanto como al resto de los argentinos. Aún cuando vale diferenciar a los protagonistas… Un ex gobernador por un día y medio no es lo mismo que una presidenta de ocho años…
Cristina tuvo un derrape discursivo digno de los mejores tiempos. Presentí que algo distinto podía pasar cuando vimos la vulgar excusa que puso para hablar: un nuevo plan de viviendas. Y es que anunciar un plan de viviendas en un gobierno kirchnerista es como prometer que el lunes arrancamos la dieta. ¿No te suena que haya pasado años atrás algo parecido por acá? ¿Te acordás todas las promesas publicadas en aquella lujosa revista por el compañero concejal?
Los planes de construcción Reactivación I y Reactivación II no reactivaron nada. El Plan Federal de Viviendas I, y sus ampliaciones no existieron.
En 2005 Néstor anunció 300 mil viviendas. En 2006 otras 300 mil cuando ni habían empezado con el baño de la primera de las del 2005.
Entre 2003 y 2006 se anunciaron cerca de un millón de las cuales se construyeron 100 mil según datos oficiales. En 2007 Néstor prometió otras 250 mil a sumar “a las ya construidas”, con lo cual bajó la vara de un millón a cien mil. Envalentonado con la reestructuración de la deuda, aplicó una quita del 90% a la promesa de viviendas. Nadie lo notó.
Para 2008, ya con Cristina, se anunciaron 400 mil viviendas más, una promesa que tan sólo sirvió para sepultar definitivamente el Plan de Préstamos para Inquilinos del 2007. En 2009 anunció algo similar a lo que hizo el expresidente y lanzó el Plan Federal de Viviendas II. El primero fue de 400 mil viviendas mayormente no construidas, pero éste fue más sincero y la Presi prometió sólo 38 mil unidades.
Para 2010 la primera ocupación del Parque Indoamericano nos demostró que con cinco cartones se podía tener una casita con un jardín comunitario y arbolado de 15 hectáreas. Aprovechando el boom, a Hebe de Bonafini se le ocurrió empezar a construir viviendas con la dirección de Sergio Schoklender y nuestra plata, que ojalá termine con los dos en Tribunales… Cristina quiso probar una tercera vez y tiró el plan “Tu casa” en plena campaña electoral de 2011. El plan duró lo mismo que un vientito…
En 2012, para tirar manteca al techo, anunciaron el Plan Procrear con plata de la Anses. Primero prometieron 100 mil créditos. Luego 400 mil. Para mayo de este año llevan “construidos” 110 mil, número en el que cuentan casas nuevas, refacciones y ampliaciones.
En total, se anunciaron más de dos millones de viviendas. Para cuando llegó el Procrear, llevaban prometidas 1,7 millones de viviendas y construídas 300 mil más 900 mil mejoras habitacionales. Dos años después, Cristina dijo que llevan más de un millón de viviendas y mejoras habitacionales. O sea, los mismos números de antes del Plan Procrear. Nadie sabe qué paso con la guita del otro millón y medio prometido a lo largo de los años, pero si en 2012 todos aplaudieron cuando nos contaron que usarían nuestros ahorros para sortear por Lotería Nacional quién tendría la suerte de tener un crédito, no vamos a cambiar la ecuación justo ahora. Al menos fueron coherentes con la lotería, dado que hay tantas chances de ganar el Quini como de acceder a la casa propia sin ser hijos únicos ni matar a nuestros padres.
En su concepto de orden y progreso, Cristina avisó que este plan de viviendas no sería una joda loca, y que provincia que no ejecute, provincia que se queda sin plan de viviendas. Los que necesitan la casa, que se jodan.
Finalizado el “reto” generalizado en el ya célebre discurso, Cris se acercó a uno de los patios para charlar con los “militantes camporistas”. Como quien no quiere la cosa, comparó al conflicto de la Franja de Gaza con la Guerra de la Triple Alianza y aseveró que “los beneficiados de las guerras siempre quedan tras bambalinas, como pasó acá con la imprenta que cerró”.
Mientras los militantes cantaban “si la tocan a Cristina qué quilombo se va a armar”, dijo que acá no hay culto al personalismo, que ella no intenta adoctrinar a nadie, que el mundo está patas para arriba, que no le gusta dar discursos con olor a naftalina porque a ella nunca le gustó ser polilla
Más entretenido estuvo el segundo saludo balconero, en el que explicó con lujo de detalles cómo funciona un préstamo usurero y cómo un prestamista aprovecha la usura para quedarse con la casa del deudor. Luego de la clase magistral para conseguir 28 propiedades en un par de años, afirmó que no cree en izquierdas y derechas, dado que a su izquierda está la pared y un Rolex President de oro.
Y así, luego de insultar a los gobernadores, a la oposición, a los medios, a los bonistas que hablaron a favor de la Argentina, al juez que debe decidir nuestro futuro y a los acreedores, pidió que estemos todos juntos para que podamos cumplir con nuestras obligaciones por amor a la Patria.
Una Patria en la que un puñado de tipos que se hicieron multimillonarios a fuerza de negociados y choreos nos piden que seamos patriotas. En la Rosada, pero también en 9 de Julio, tal como el ex Gobernador de un día y medio…
Otro tema que también podría afligir. El escarnio que para cualquier sociedad significa la violencia de género debe ser prevenido. Se hace necesaria la constitución de la tantas veces anunciada Comisaría de la Mujer y la atención de los funcionarios que tienen el tema a su cargo. Ese flagelo no puede tomarnos desprevenidos...
Corriente Radical 9 de Julio
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