Sábado 28 de Abril de 2018

PUBLICACIÓN PEDIDA

Política y aborto


En unas de las ponencias defensoras de la legalización del aborto en el congreso, dijo el filósofo Darío Sztajnszrajber, citando un libro que estudió durante su época de estudiante, que “en estos temas solo se debe tratar la POLÍTICA, dejando de lado la metafísica”.
Coincidiendo plenamente con este planteo, creo que es desde ahí donde debemos abordar la temática, ya que de lo contrario, solo primará nuestra parte subjetiva. Si bien, a decir de Immanuel Kant, siempre son subjetivos nuestros pensamientos.
Al argumento que cita el filósofo, (el conocido episodio donde un Obispo toma su telescopio y le pregunta a Galileo si “esa lata” puede tener una verdad más revelada que la de Dios mismo”, podríamos sumarle cientos de casos de mártires de la iglesia, que por defender su credo, padecieron torturas y hasta perdieron la vida durante los primeros años de cristianismo, por parte del poder de Roma, o, sin ir tan lejos, hoy mismo, y con términos más actuales, el bulling que se sufre en cualquier foro que se precie de intelectual, cuando se confiesa pertenecer a un credo, sobre todo en Argentina, si se profesa la fe católica.
A fin de evitar estas miradas sectarias es que debemos desprendernos de cualquier credo en temas que a políticas públicas se refieren, sin por ello, dejar de profesarlo en nuestra vida particular.
Aceptando tal axioma podemos afrontar el debate más importante que se da en nuestro tiempo, sobre la legalización, o no, del aborto. Tema que nos obliga a ir a la filosofía, como bien último de la verdad en un Estado laico y plural como el argentino. Y siendo que, lamentablemente en filosofía aún no hay una definición consensuada sobre que es el GENERO HUMANO, me voy a limitar decir que se discute sobre un tema que trae consigo muertes de inocentes, (tanto madres como hijos), aclarando que no es una sola persona en cuestión, como dicen los que están a favor de la despenalización (la madre) ni dos, como decimos, quienes estamos en contra (la madre y el embrión).
Sino que también interviene un tercero, que son los profesionales de la medicina.
Ante tal ausencia de definición de género humano, basaré mí fundamento en un análisis deconstructivo de definiciones SI ya existentes sobre el embrión y que son: es un ser, 2- tiene vida (late su corazón, etc), es de la especie humana (tiene un ADN de nuestra especie, que proviene, además, de sus progenitoresambién humanos).
De no interrumpir el embarazo (matarlo) al crecer tendrá el mismo ADN, manteniendo su identidad.
Los puntos anteriores hace al embrión un ser humano de igual dignidad que cualquier otro. Ante estos datos que son objetivos en cuanto al embrión (ser humano con vida, único e irrepetible) podemos afirmar que el aborto es un asesinato.
Ahora bien, completamente alejado de los discursos que vienen desde la derecha conservadora, en el cual se pone la mirada inquisidora hacia la madre embarazada, como una delincuente, hay que preguntarse primero qué ha hecho y que hace el Estado para dar apoyo a esas madres, a esas familias. De este Estado que hace unos años implementó la AUH (Asignación Universal por Hijo), la Asignación universal por Embarazo, que creó el plan Kunita, que llevó a la Argentina a ser el país con mejor calendario de vacunación del mundo, exigiendo además la escolaridad, que bajó año tras año la mortalidad infantil y la pobreza, etc. A hoy, con un nuevo sistema de cálculo de ANSES, que hace que la AUH y por embarazo pierda poder adquisitivo, lejos de seguir aumentando el calendario de vacunación, lo restringe, elimina el plan Kunita, y (frutilla de postre) abre el debate sobre despenalización del aborto, debelándose de corma brutal, cuál es la inconfesable intención del gobierno cuando profesa “pobreza cero”. No siendo precisamente mejorar el nivel socio-económico cultural de la clase trabajadora, sino exterminarla.
Es ante esta realidad que debemos, como decía Darío Sztajnszrajber, alejarnos de todo principio religioso, sea cristiano, musulmán, marxista o de cualquier otro credo, y pensar qué queremos como sociedad, si vamos a juzgar a aquellas NENAS que muchas veces sin el sustento familiar y en situaciones que la realidad la supera, las estigmatizamos o, por el contrario, las apoyaremos.
De la misma forma me pregunto si está bien apuntar a esa nena, o a esa mujer, que no sabe cómo hará para darle de comer a su hijo o los que ya tiene, cómo podrá enfrentar a esta sociedad que cree que muchas se “embrazan por los planes” que sus parejas se ausentan etc. O ponemos el ojo en losprofesionales de la medicina, que se dedi can a terminar con una Vida Humana, que no les tiembla la mano, obteniendo a cambio sumas abrumadoras de dinero, tranquilos sentados en un escritorio haciendo planes para gastar el dinero que obtienen por su asesinato a sueldo en islas tropicales o comprando campos.
Los eufemismos no sirven, el aborto es un asesinato, las víctimas son el embrión y las madres (mueran o no en el intento) y los homicidas son estos profesionales que a diferencia de los asesinos comunes, andan por nuestras calles gozando del prestigio del dinero; y un gobierno que lejos de preocuparle la situación de esas madres, solo piensa en generar una cortina de humo que tape el tema de la pobreza, la energía, la deuda externa, la desocupación, etc.
Arq. Martín Banchero
DNI 25.153.059
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