Viernes 3 de Octubre de 2014
Publicación pedida por Corriente Radical 9 de Julio.
Los más jóvenes deben saber que en la Argentina hubo un Presidente – Arturo Illia - que llevó una vida austera y sencilla, enmarcada en profundas pautas éticas, pero también en la convicción de que se podía ser sin necesidad de tener.
Además de llevar adelante una gestión de gobierno que ha pasado a la historia por sus logros en salud, educación, economía y defensa en serio de los intereses de la Argentina a nivel internacional.
En contraste con nuestra realidad actual, Arturo Illia dijo alguna vez: “Nunca uso la cadena nacional para dar mensajes de política de gestión”. Cuando asumió, su declaración jurada consistió en un plazo fijo, un auto y su casa en Cruz del Eje, regalada por sus pacientes y amigos.
Cuando dejó la presidencia sólo le quedaba esa casa. Nunca confrontó, ni agravió, ni descalificó. Para él, el respeto a la Constitución y a la ley era sagrado. Que sirva todo esto como contraste con lo que ocurre en la Argentina actual.
Los jóvenes deben saber que hubo épocas en las que se confundió al partido con el estado. En 1973, el Gobierno peronista recién asumido creó la Fundación Eva Perón, presidida por la esposa de Perón – luego Vicepresidente de la Nación - que terminó investigada por malversación de fondos, cuestión nunca aclarada. Ensuciaron una figura que hoy es respetada por la enorme mayoría de los argentinos. También deben saber los jóvenes que por ese entonces, el amanuense del general Perón, además de Ministro de Bienestar Social y secretario privado (primero del general y luego de su esposa) José López Rega creó (imposible hacerlo sin conocimiento de sus jefes) la organización denominada Triple A (una banda de asesinos a sueldo) que protagonizó más de mil crímenes de dirigentes políticos y sindicales en poco menos de tres años.
Nunca se detuvo a uno sólo de los responsables. López Rega murió en la cárcel durante el Gobierno de Raúl Alfonsín. El mismo durante el cual se condenó a los jerarcas militares de la dictadura y a los principales jefes de la guerrilla peronista, a la que el general había caracterizado como “juventud maravillosa o formaciones especiales”...
Ni hablar de la actualidad, en donde contamos con un vicepresidente de la Nación al que ya no le caben más denuncias de corrupción, además de una importante “lista” de funcionarios y ex funcionarios también sospechados por corruptos.
Y ni qué hablar de los enriquecimientos frondosos que no es necesario investigar mucho. Sólo basta con observar tan sólo un momento los cambios en la vida de cada uno de ellos. Con estos antecedentes históricos podemos ahora acercarnos al presente en 9 de Julio. Resulta que en el Honorable Concejo Deliberante se ha creado una nueva “Comisión” con el objetivo, según sus propulsores, de tratar temas referidos a la producción en el Distrito. Hasta allí parecería que todo está bien. Pero resulta que dicha Comisión estaría transformándose en una especie de sucursal de la autodenominada “Fundación Trascendiendo” creada por el ex diputado Delgado. Cabe recordar que desde allí se habrían generado cientos de promesas incumplidas respecto a créditos para microemprendimientos a incautos nuevejulienses.
Como todo esto está acompañado por actitudes más que censurables por parte de las autoridades del Concejo, respecto a su alineación con el “cristinismo” que domina al partido justicialista y que comprometen la institucionalidad del Cuerpo, es que señalamos esta “desprolijidad” porque de alguna manera hay que llamarla.
A esta altura de la historia no puede ser que continúen con estas actitudes que confunden al Estado y a sus instituciones con sus intereses particulares, sean éstos personales o políticos. Tampoco puede ser que existan complicidades por parte de quienes han pretendido presentarse como actores “nuevos” de la política pero se prestan a ser partícipes de estas “viejas” costumbres. Tampoco ellos pueden anteponer sus intereses particulares, sean éstos políticos o personales, a los del conjunto de los nuevejulienses. Para terminar con el primer recuerdo de esta nota podemos afirmar: ¡Cuánta falta nos haría hoy un Presidente con la ejemplaridad de Arturo Illia!
Corriente Radical 9 de Julio
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