Sábado 6 de Septiembre de 2014

Kirchnerismo o Unión Cívica Radical

Publicación pedida por Corriente Radical de 9 de Julio.

Las elecciones internas del próximo domingo en la Unión Cívica Radical son muy importantes, puesto que implican que los radicales deberemos decidir acerca del futuro de nuestro partido. Porque del resultado depende – nada más ni nada menos – que su propia existencia con las ideas y los principios que enarbola desde siempre.

Esto se puede explicar: compiten dos listas que no representan lo mismo. Por eso afirmamos que no es una elección más. Entre quienes “apadrinan” a la que lleva como candidato a presidir a la UCR bonaerense a Daniel Salvador  y que integran, algunos respetados dirigentes radicales, por ejemplo María Luisa Storani, figuran personajes como Leopoldo Moreau, a quien los radicales bonaerenses conocemos bien. Manejó durante muchos años los destinos del radicalismo bonaerense mediante acuerdos con caciques peronistas del Conurbano y destruyó todo lo que allí se había construido.  Fue responsable del engrosamiento de los padrones con afiliados inventados. Y en los últimos tiempos ha agregado una nueva faceta a su personalidad: se hizo kirchnerista y, por lo tanto, no dudamos que intentará que el radicalismo de la provincia de Buenos Aires se convierta en furgón de cola de este Gobierno corrupto que padecemos los argentinos. Claro ejemplo de su conversión es la aparición de propaganda de la lista de Salvador en los programas de otro “converso”: Víctor Hugo Morales que, ya se sabe, responde económica y políticamente al kirchnerismo más recalcitrante. De otra manera, Moreau tampoco sería uno de sus invitados predilectos.

Ha llegado a decir, en las innumerables oportunidades en que aparece prácticamente como un columnista más del programa ultrakirchnerista “6,7,8” que este Gobierno tiene muchas actitudes similares a las que ha legado para la historia el ejemplar mandato de Raúl Alfonsín. ¿Qué pretende que creamos? ¿Será que, como Cristina,  nos toma a todos por tontos? ¿Alguien puede, seriamente, comparar a este desgobierno con el de Raúl Alfonsín? ¿Alguien puede creer que Cristina Kirchner o su marido son presidente parecidos al padre de la democracia de los argentinos?

Ningún radical aceptaría muchas de las cosas que hace este Gobierno. Jamás un radical podría aceptar el autoritarismo que emana de muchos de sus actos; jamás un radical usaría a la pobreza como una variante electoral más; jamás un radical se resignaría a la manipulación que se hace de la Justicia; jamás un radical avalaría la destrucción de la salud y la educación públicas, jamás un radical permitiría el avasallamiento de las instituciones de la República, como tantas otras repudiables acciones que se llevan adelante en todos los ámbitos.

No tenemos dudas, además, que hay correligionarios en esa lista que no aprueban esto que señalamos, pero allí están. Y no podemos los radicales avalar las actitudes de Leopoldo Moreau.

¿Por qué lo hace? Las respuestas podrían ser varias, pero no es el caso analizarlas ahora.

Lo cierto es que, además de lo antedicho, hay otras cuestiones en juego. En primer lugar habrá que asegurar el domingo que no se vayan a producir desviaciones en el futuro de UNEN, un acuerdo de ideas que costó demasiado lograr como para rifarlo así porque sí.

El próximo Comité de la UCR bonaerense tiene que garantizar que UNEN se convierta en una alternativa seria al desgobierno kirchnerista. El radicalismo de la provincia de Buenos Aires debe volver a ser la estructura fundamental de un partido nacional que represente con convicción los intereses del pueblo argentino.

Acordar con quienes se han desprendido del tronco kirchnerista, pero proponen el retorno a las políticas nefastas y neoliberales de los años 90 es más de lo mismo. Eso es, ni más ni menos, que lo que representan Massa y Macri. Los radicales somos otra cosa. Representamos el Juicio a las Juntas, la libertad, la recuperación de la República, la defensa de las economías regionales, de la salud y la educación públicas, de la dignidad del trabajo, del respeto a una Justicia independiente.  No tenemos ni queremos tener nada que ver con los que avalaron al menemismo y luego se transformaron en “conversos revolucionarios” y mucho menos con los que dicen representar a la “nueva política”, que nadie sabe de qué se trata, porque sus métodos son similares y las pocas ideas que tienen también.

A estos peligros nos enfrentamos los radicales que queremos un partido movilizado y fuerte, que vuelva a salir a la calle para llevar a los bonaerenses la esperanza de un futuro mejor. Por eso es imprescindible concurrir a los comicios del próximo domingo para apoyar a quienes representan en serio los ideales y los principios históricos de la Unión Cívica Radical. Por eso es que apoyamos a Ricardo Alfonsín en la provincia de Buenos Aires y a Horacio Baglietto en la conducción del radicalismo de 9 de Julio. Ellos representan acabadamente al pueblo radical y garantizan que no habrá desviaciones futuras.

Corriente Radical 9 de Julio
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