Jueves 26 de Junio de 2014
Publicación pedida por Corriente Radical 9 de Julio.
Se conoció días atrás por los medios locales que el Bloque de Concejales del Frente Para la Victoria – Partido Justicialista ( alias “kirchnerismo”. Vale la aclaración porque los muchachos están intentando despegarse de algo que ya se presenta con cierto tufillo de impresentable de cara al futuro) presentó un proyecto de repudio respecto de la publicación en la página oficial del municipio en Internet de “opiniones partidarias vertidas por la concejal de la UCR María Dolores Apraiz”, por lo que solicitó que “se les entregue similar oportunidad a las diferentes fuerzas políticas, lo que fue votado por unanimidad, incluyendo al oficialismo”. Y que el Intendente “deje de discriminar”...
Según pudo saberse, el hecho hace alusión a un error cometido en la carga de datos en la página web municipal que si bien debe ser corregido y/o salvado, dado que naturalmente no corresponde que un órgano de difusión oficial contenga opiniones partidarias, el reclamo del kirchnerismo resulta ser demasiado vehemente para una cuestión que fácilmente se podía dilucidar como una equivocación involuntaria.
No obstante, dicha instancia invita a la necesidad de trazar comparaciones con otras situaciones en las que se ha hecho un uso incorrecto de los medios oficiales para difundir opiniones políticas, o lo que es peor aún, se han utilizado dineros públicos para difundir propaganda política, cuestión sobre la que el kirchnerismo local (aunque, se insiste sobre esto, ya haya cambiado su denominación anticipándose a cualquier debacle) debe tener por una cuestión de pertenencia este espacio político, una vasta experiencia.
Recuérdese por ejemplo aquella curiosa situación dada hace dos años atrás, cuando en medio de uno de los paros del servicio de subte más prolongado de la Argentina, en las tandas publicitarias de Futbol Para Todos, el Gobierno Nacional decidió emitir una spot en el que criticaba fuertemente al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri por la continuidad de ese conflicto.
Una publicidad oficial en el millonario Futbol Para Todos señalaba la aceptación del traspaso por parte de Macri y el cobro de un impuesto para sostener ese servicio.
“Agarrá tu boleta de ABL, en la parte de arriba figura bien clarito: Fondo para la red de subterráneo. Bajo ese concepto se recaudan cientos de millones de pesos por año para los subtes. Eso es mucha plata, que la pagás toda vos”, decía la pauta oficial.
“El gobierno de la Ciudad tiene la obligación legal, los recursos de la Nación y los recursos de los porteños para hacerse cargo del subte”, agregaba el spot.
Naturalmente, la insólita e inadmisible situación, en la que evidentemente no juega un error involuntario detrás, ya que se trata de un spot producido, pautado y pergeñado para ser emitido durante el entretiempo de un partido de fútbol, despertó también críticas y repudios…, aunque aquella vez en vez de salvarse la situación, como suele hacer el Gobierno Nacional y el kichnerismo todo, se recurrió a otro tipo de “soluciones”. Que quede claro, además, que no hay aquí intención alguna de defender al jefe del PRO. Bastantes problemas tenemos como para meternos en semejante baile...
Un año y medio después, los camaristas Jorge Ballestero, Eduardo Freiler y Eduardo Farah, hicieron lugar a un recurso de apelación que había presentado la defensa de los acusados Juan Manuel Abal Medina, ex jefe de Gabinete, y Alfredo Scoccimarro, vocero presidencial.
La Sala Uno de la Cámara Federal porteña anuló todo lo actuado por el juez Claudio Bonadío en la causa penal en que se investigaban supuestas irregularidades del Gobierno en el programa televisivo “Fútbol para Todos”, con la emisión de un spot político que criticaba a la gestión de Mauricio Macri.
Además, cabe recordar, los camaristas apartaron del proceso al juez Bonadio por las supuestas irregularidades procesales que habría cometido, al no expedirse sobre si el hecho denunciado constituía o no delito antes de tomar declaraciones indagatorias a los imputados, y adjudicó la continuidad del expediente al juez federal Marcelo Martínez de Giorgi.
Los cuatro están acusados del supuesto delito de “malversación de caudales públicos” por la emisión, el 11 de agosto de 2012, de un spot en el entretiempo del partido River – Estudiantes de La Plata en el que se responsabilizaba al jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, por una huelga de trabajadores del subte y sostenía la publicidad que era responsabilidad de la administración local solucionar el conflicto.
Como queda claro, hubo otro tipo de “corrección” para con el “error” cometido…
Pero vayamos más a fondo aún. El 23 de enero del corriente año, el editorialista del matutino porteño “Infobae” Pedro Benegas escribió en su columna de opinión lo siguiente: “Fútbol para Todos se ha convertido en un instrumento de propaganda y manipulación de masas al mejor estilo goebeliano (en referencia a Paul Joseph Goebbels, político alemán, ministro de propaganda de la Alemania nazi, figura clave en el régimen y amigo íntimo de Adolf Hitler), donde un gobierno utiliza miles de millones de pesos del presupuesto público para hacerse autopropaganda. Recordemos además, por si les falla la memoria, que utilizar fondos públicos como si fueran propios y encima para hacer política partidaria es fascismo en estado químicamente puro. En este sentido, el broche de oro de este enorme desmanejo fraudulento de fondos vino de la empresaria inmobiliaria y agitadora profesional Hebe de Bonafini cuando sentenció que “el FPT no está para hacer plata sino para hacer política” (sic). A confesión de parte, relevo de prueba”.
Pero eso no es todo, el periodista aporta también otro dato interesante: “desde que se estatizó el fútbol argentino, el Fútbol Para Todos ya lleva despilfarrados la friolera de 6.500 millones de pesos si se contempla el presupuesto de este año. Cerca del 57% de ese dinero se va a en pago de derechos a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), 26% en publicidad y el restante 17% en gastos de producción y comercialización”; con lo que “si tomamos el total del gasto acumulado del FPT desde su inicio hasta el presupuesto estimado para este año, con ese dinero se pudieron haber construido más de medio millón de viviendas sociales, más de 46 hospitales públicos, y cerca de ochocientas escuelas. Los recursos siempre son escasos, por eso lo que se malgasta tiene un enorme costo social, ya que son recursos que ya no están disponibles para atender las verdaderas necesidades del país”.
Como queda más que claro, las diferencias entre equívocos e intencionalidades son muy grandes. Por un lado hay un error inadmisible, sí; pero como tal, salvable. Por el otro una clara definición política de utilizar fondos públicos para hacer política, hecho que además de grave, es lisa y llanamente, nada menos que un delito.
Por último, estaría bueno saber quiénes fueron los concejales que votaron aquella comunicación. Nada más que por una cuestión de memoria...
Corriente Radical 9 de Julio
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