Lunes 2 de Enero de 2023
El Obispo Diocesano presidió la Misa de Año Nuevo
El domingo por la tarde, a las 20:30, el Obispo Diocesano de 9 de Julio, Ariel Torrado Mosconi, presidió en la Iglesia Catedral “Santo Domingo de Guuzmán”, la tradicional Misa de Año Nuevo, donde reflexionó sobre lo que significa para los cristianos la llegada de un nuevo calendario, a la vez que recordó la figura del recientemente fallecido Papa Emérito, Benedicto XVI.
REFLEXIONES SOBRE LA LLEGADA DEL AÑO NUEVO
“Mientras que algunos evalúan el año que termina por los logros obtenidos, los éxitos conseguidos, el dinero ganado, los momentos de placer que se hayan vivido y tantos otros valores que presenta este mundo, el Evangelio nos llama a mirar desde otra perspectiva. Es la paradoja de que ganamos cuando perdemos, cuando gastamos nuestra vida por amor”, comenó su discurso así Monseñor Torrado Mosconi.
“Si al terminar el año estamos cansados -continuó-, un poco más pobres, un poco fuera de estado y un poco más viejos, tal vez sea un buen indicador que hemos aprovechado bien el año que termina. Puede ser la señal de que hemos vivido para los demás y no tan pendientes de nosotros mismos”, destacó.
Por otra parte agregó que debemos evaluar esas cuestiones y “no por lo que hemos ganado, sino más bien por lo que supimos perder por amor. Como decía San Juan de la Cruz en la tarde de la vida seremos juzgados en el amor. Entonces, lo más importante a la hora de evaluar el año, es ver cuánto amor hemos puesto en las cosas que hemos hecho. Cuánto tiempo hemos gastado en las personas que amamos, cuánto hemos perdido ayudando a quién lo necesitaba. Porque eso es lo que realmente cuenta; y solamente nos llevaremos de este mundo lo que supimos dar”.
Luego interpeló a los presentes a preguntarse “qué hicimos por el bien de nuestra familia, de los amigos y aún de otras personas que durante este año se cruzaron por mi camino”.
Además invitó a los preentes que “a la hora de proyectar el próximo año “ se dispongan “para ser aún más generosos con nuestro tiempo, talentos y dinero. Entonces sí que nuestra vida cobrará un sentido más pleno y tendremos aquella felicidad que nada ni nadie nos puede quitar”.
EL FALLECIMIENTO DEL PAPA BENEDICTO XVI
“Fue un hombre que siempre habló de la grandeza profética, con una Iglesia no tan multitudinaria, quizás más pequeña, pero más comprometida, con una profunda divulgación del Evangelio; ya, que como él decía, la Iglesia crece no por proselitismo, sino por atracción”, finalizó.
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