Del duro y seco madero de la cruz al verde olivo de la esperanza
Con la bendición de los ramos el obispo diocesano Ariel Torrado Mosconi dio comienzo solemnemente a la semana santa y llamó a renovar la esperanza en este tiempo de pandemia.
A las 10 de la mañana de este domingo destemplado y lluvioso se reunió la comunidad nuevejuliense en la plaza principal de la ciudad, frente a la catedral, con las palmas y los ramos en las manos para honrar a Cristo, rememorando la entrada de Jesús a Jerusalén, y dar comienzo de esa manera a la semana santa. El canto y la oración hicieron superar las molestias por las inclemencias del tiempo.
Con mucha piedad se dio comienzo así a la Semana Santa en la misa que fue presidida por el Obispo diocesano Monseñor Ariel Torrado Mosconi y concelebrada por el cura párroco Presbítero Guillermo Gómez. En la homilía el Obispo afirmó: "la celebración del domingo de Ramos es un grito de esperanza". Y prosiguió "al llevar este ramo y colocarlo en la cruz de nuestros hogares estamos haciendo un acto de fe reconociendo el poder de Dios que es más fuerte que el pecado, la enfermedad y la muerte". Luego pidiendo que los mayores les expliquen a los niños el significado del ramo les dijo "el verde olivo que pondremos en la cruz de nuestros hogares nos debe recordar siempre que después de la cruz viene la resurrección y la vida".
Finalmente los exhortó "por eso hoy volvemos a nuestros hogares con mucha esperanza, aún en medio de la pandemia, y aunque no sabemos lo que nos puede esperar en adelante, y aunque nos pese la incertidumbre y la confusión que trae esta enfermedad, sin embargo, nuestra certeza es que el Señor sacará algún bien de esta pandemia que está sufriendo la humanidad entera" concluyó.