Lunes 30 de Noviembre de 2020
LLAMADO AL SERVICIO
El nuevejuliense Ignacio Balle fue ordenado diácono en el santuario de Fátima
Imagen y signo del servicio, tal es la misión del diácono en la Iglesia y para la sociedad toda. Tal como pudo apreciarse en la celebración de la ordenación diaconal llevada a cabo este sábado 28 de noviembre en el santuario diocesano de Nuestra Señora de Fátima de Nueve de Julio.
El obispo diocesano de Nueve de Julio, Ariel Torrado Mosconi, confirió la ordenación diaconal al Ignacio Ismael Balle, oriundo de Nueve de Julio, en una celebración eucarística llevada a cabo en el santuario diocesano de Nuestra Señora de Fátima de la misma ciudad. Inicialmente iba a llevarse a cabo en la parroquia Inmaculada Concepción de la ciudad de Lincoln, habiendo sido preparada esmeradamente por la comunidad parroquial y su párroco monseñor Carlos Arive, pero lo impidió la normativa sanitaria de ese lugar. De la celebración, siguiendo las medidas sanitarias vigentes, participaron algunos sacerdotes y seminaristas junto a familiares y fieles.
Luego de la proclamación del Evangelio por parte del padre Ariel Palanga, comenzó el rito de ordenación con la presentación del ordenando por el padre Francisco Perez Cadierno, y tuvo lugar la homilía del prelado diocesano. Concelebraron también el los padres Tomás Wargocki y Joselo Rossi quien oficio de maestro de ceremonias.
Monseñor Torrado Mosconi, refiriéndose a las actuales circunstancias, afirmó: “Vividos, mirados y asumidos desde la fe, todos estos acontecimientos pueden ser -para decirlo con el lenguaje de la Biblia- un “kairós”: una ocasión propicia, un tiempo favorable, una nueva oportunidad para renovarnos verdaderamente y para volver a empezar, una de las “visitas sorpresas” de Dios a nuestras vidas. No se trata de cubrir con un manto de pseudo espiritualismo una realidad tan terrible, sino de asumirla profundamente desde la fe para superarla y trascenderla”
Dirigiéndose al ordenando, le dijo: “al recibir la ordenación que te configura con Cristo servidor. Ahondando en lo esencial de tu ministerio se consolidará, madurará y profundizará la vocación, para que un día sea fecunda, floreciendo y fructificando en obras y en la vida de las personas”.
Y concluyó diciendo: “Esta ordenación diaconal en tiempos de pandemia, en un templo reducido en asistencia, es, sin embargo, todo un signo y promesa de esperanza para nuestra Iglesia particular. Signo de Dios que sigue derramando su gracia y dones, signo de la Iglesia que a pesar de las contrariedades sigue con su misión hasta los confines y las periferias, a la vez que promesa de un futuro esperanzador para “caminar en comunión para anunciar a todos la alegría del Evangelio” según nuestro lema diocesano.
Por todo ello, el Señor nos vuelve a decir hoy aquí a todos y, especialmente a ti Ignacio: ¡Ánimo, levántate!”
Luego del rito de ordenación, con su punto culminante de imposición de manos y oración de ordenación, el flamante diácono fue revestido con los ornamentos propios de su orden, estola cruzada y dalmática, por los padres Perez Cadierno y Ariel Palanga.
Prosiguió la celebración eucarística como de costumbre. Luego de la comunión, el neo diácono tuvo unas palabras de sentido y emocionado agradecimiento a Dios, luego a los obispos, sacerdotes, compañeros de seminario, familiares y amigos, particularmente a su papá y mamá ya fallecidos. Al encomendarse a la oración y la ayuda de todos, destacó la relevancia de la figura de María en su camino vocacional, por lo cual terminó ofrendándole un ramo de rosas y rezando un avemaría. Luego de la bendición final, el obispo Ariel expresó su agradecimiento a todos cuantos hicieron posible la celebración en estas condiciones difíciles y convocando a la manifestación a favor de la vida ha llevarse a cabo en la ciudad en horas de la tarde.
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