Sábado 2 de Junio de 2018
II ENCUENTRO NACIONAL DE LA JUVENTUD EN ROSARIO
Los jóvenes, protagonistas esperanzados del futuro
Ciento seis jóvenes de nuestra diócesis, junto a algunos seminaristas y sacerdotes fueron parte de los 15.000 convocados de todos los rincones del país este fin de semana en Rosario. Allí participaron por segunda vez en el Encuentro Nacional de la Juventud. El anterior fue en 1981.
Durante todo el fin de semana debatieron sobre la actualidad, realizaron talleres, disfrutaron de eventos musicales y de otras actividades masivas abiertas a todo público. El objetivo fue escuchar a los jóvenes, compartir su vida de cristianos en los nuevos tiempos que corren e inyectar de energía para revitalizar la Pastoral Juvenil del nacional.
En un clima festivo y al ritmo de la cumbia y rock, el “Viva Jesús” resonó repetidamente en los equipos de sonido del escenario oportunamente llamado Cardenal Pironio. No había nombre mejor que el del “inventor” de las Jornadas Mundiales de la Juventud para nombrar a un escenario que sintió con creces su fuerza arrolladora.
EL MENSAJE DEL PAPA
Los tres días fueron intensos y el mismo Papa Francisco envió su mensaje, que resumió en tres palabras: presencia, comunión y misión. Con la primera de ellas invitó a los jóvenes “a construir la civilización del amor como discípulos y misioneros de Jesús, en el aquí y ahora, en tu casa, con tus amigos, en las situaciones que te tocan vivir a diario”.
Con la segunda, los instó a ser protagonistas de la nueva historia de la Iglesia “en la Iglesia y como Pueblo”. “El Pueblo de Dios es la Iglesia, con toda la gente de buena voluntad, con sus chicos, sus grandes, sus enfermos, sus sanos, sus pecadores, que somos todos, con Jesús, la Virgen, los santos que nos acompañan … Caminar en pueblo, construir una historia de pueblo”. “Ustedes saben mejor que yo que las computadoras, los celulares, necesitan actualizaciones para funcionar mejor, también nuestra pastoral necesita actualizarse, renovarse, revisar la conexión con Cristo, a la luz del Evangelio; ese que desde ahora vas a llevar en el bolsillo y vas a leer dos minutos por día”, resalto. Con la tercera y última palabra, los exhortó a ser Iglesia en salida. “Una Iglesia misionera, no encerrada en nuestra comodidades y esquemas, sino que salga al encuentro del otro; Iglesia samaritana, misericordiosa, en actitud de diálogo, de escucha. Jesús nos convoca, nos envía y nos acompaña para acercarnos a todos los hombres y mujeres de hoy”.
Por último los alentó a salir sin miedos, con la fuerza de la inquietud, del inconformismo, hagan lío…No dejen que la historia se escriba afuera mientras miran por la ventana, no balconeen la vida, pónganse las zapatillas, salgan con la camiseta de Cristo y juéguense por sus ideales. .
Vayan con Él a curar las heridas de tantos hermanos nuestros que están tirados al borde del camino. Vayan con Él a sembrar esperanza en nuestros pueblos y ciudades. Vayan con Él a renovar la historia”.
EL DESAFÍO QUE VIENE: “LOS JÓVENES QUIEREN HACER POGO DE LA ESPERANZA”
Los 106 jóvenes de nuestra diócesis que fueron a Rosario, junto a sacerdotes y seminaristas, se sumaron a los 15.000 restantes que, en su mensaje final dijeron Sí a la renovación de la Iglesia y en descubrir su rol protagónico en esta titánica misión. Así lo afirmaron, tras el encuentro, en su mensaje final: “Queremos ser jóvenes que hagan pogo de la esperanza.
Que fieles a nuestras convicciones y siendo protagonistas de la Iglesia misionera, construyamos una sociedad que no le dé la espalda a la pobreza, ni a la exclusión, sino que procure el bien común, amando en la diversidad y empatizando con los más vulnerables”.
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