Miércoles 9 de Noviembre de 2016
(Segunda parte).
En la nota anterior dijimos que el señor Jorge Dolce había llevado uno de sus telescopios a la plaza Gral. Belgrano para observar Saturno, la Luna y Venus.
Antes de referirnos a los objetos observados, quiero poner énfasis en lo ventajoso que resulta saber nombrar los planetas por orden según su distancia al Sol.
No es fácil aprender la lista de memoria de la siguiente manera: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Se puede aprender pero al poco tiempo nos olvidaremos. Pero sí es fácil aprender lo siguiente: “Mi Viejo Tío Mario, Juega Solitarios Usando Naipes”. Pusimos una coma para que aprendamos a dividir los planetas en cuatro y cuatro. Aprendiendo esa simple frasecita podremos responder numerosas preguntas, como por ejemplo: ¿Está muy lejos Neptuno? ¿Hace frío en Venus? Si pudiéramos algún día llegar a Júpiter ¿podríamos aterrizar allí? Primera pregunta: Neptuno es “Naipes” y por lo tanto es el más lejano de los planetas. Segunda pregunta: Venus es “Viejo” y está muy cerca del Sol: hace más calor que en el horno de la cocina puesto en máximo. Tercera pregunta. Ahora aclararemos por qué pusimos la coma después de Mi Viejo Tío Mario: es para que la lista quede dividida en cuatro y cuatro.
Los cuatro primeros planetas son rocosos y los otros cuatro son gaseosos. Júpiter, es decir “Juega”, está en el segundo grupo; es gaseoso y no habría dónde aterrizar.
Para no extendernos demasiado, la semana que viene daremos datos curiosos sobre Saturno, la Luna y Venus.
Hugo Orbea