Martes 20 de Septiembre de 2016
Siempre me gustó escribir, encuentro en la escritura la posibilidad de poner en palabras, de sacar a la luz los silencios, quizás la angustia que te envuelve por un momento y que necesitas dejar en algún lugar.
Me gustaría saber que mi hija cree que no la entendemos, cómo no entender la adolescencia, pero… últimamente le achacamos a la adolescencia todos los males, y no es ella, no recuerdo una adolescencia tan llena de excesos como esta…
Estoy arrepentida, con tal de no alejar a mi hija de nosotros…, o de sus amigos, aceptamos una previa… en casa. En casa? Estamos locos?. Me arrepentí ni bien comenzaron a llegar los invitados… bajaban de los autos, traídos por sus padres con botellas y más botellas de alcohol, hielo, cerveza? No! Fernet, coca, bebidas blancas, azules… de todos colores… jamás vistas o bebidas por mí…
Comencé a preocuparme,… tengo miedo, esto recién comienza y parece haber más alcohol que chicos. Solo atiné a decir…”esta es mi casa… chicos: por favor control y respeto…”
Luego empezó la música, el baile, los gritos, se apagó la luz y entre mis sentimientos y los reclamos y reproches de mi hija adolescente que pide e implora que la dejemos ser adolescente, que la dejemos compartir con sus amigos, que no quiere quedarse sola…. Aquí estoy, en la cocina sufriendo… por los ruidos y un marido que intentará descansar luego de una ardua jornada laboral, u otros adolescentes que intentarán descansar luego de una jornada de semana escolar pero que serán los próximos en organizar sus previas. ¿Previas? ¿Cómo serán? A donde llegaremos con esta cultura juvenil y este silencio de los padres que no nos animamos, que no podemos decir nada frente a adolescentes poderosos que parecen mirarnos como si uno fuera …. un dinosaurio?...
Estoy incómoda, no veo la hora que lleguen las dos de la mañana, horario pautado para la partida e ir a un boliche a…. ¿seguir tomando? ¿A divertirse? ¿Cómo se divierten los chicos ahora? Gritos, peleas, insultos…. Siento que se burlan de mi, de mi hija y uno se vuelve chiquitito….
Hija, te entiendo, y te escucho intentar acallar a tus amigos…. pero lo que no entendemos es que esto no es para nosotros, no lo comparto, no lo compartimos… hicimos todo el esfuerzo pero la verdad prefiero volver a mis noches tranquila sin alcohol, con chicos que se quedan hasta que el alcohol los llame y se vallan de casa .. mientras tanto puedo irme tranquila a descansar, en casa reina un divertirse natural, y el que elige otra cosa, que lo haga en otro lugar donde otros adultos se hagan o no responsables. Yo no puedo… prefiero el no y la tranquilidad, la exclusión y la diferencia….
Tan difícil es poder entender que solo queremos cuidarlos? Ojalá algún día nos comprendas…
Y comprendiste, y comprendieron. Al finalizar me animé a decirles a los chicos, que sufrí mucho esa noche, que tenía miedo por ellos y no quería hacerme responsable. Desde entonces volvieron a casa, a divertirse pero sin previas. El argumento “Para cuidar a tu mamá”
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