Martes 21 de Julio de 2015
Como un homenaje en el día del amigo a los hombres que pisaron la Luna, que fueron doce (quedando uno por viaje en órbita lunar), reproducimos una nota que ya hemos publicado en años anteriores.
Cuarenta y cinco años después de las misiones Apollo, hay quienes sostienen que el hombre nunca fue a la Luna.
Con un solo hecho se demuestra que el hombre fue a la Luna: se repartieron rocas lunares entre geólogos de todo el mundo. ¿Todos ellos se dejaron engañar? ¿O estaban todos confabulados en el fraude?
Hay quienes dicen que el hombre no fue a la Luna sino que todo se armó en un estudio cinematográfico. El origen de estos comentarios se remonta a 1975, año en que Bill Kaising editó su libro “Nosotros nunca fuimos a la Luna”. Más tarde otros copiaron la idea: Moongate, por William Brian en 1984, Ralph Rene en 1994 y Mary Benet en 1999.
Se podría hacer una lista interminable de hechos que demuestran lo absurdo de tal afirmación, pero señalemos solamente algunos:
· Ninguno de los 35.000 empleados de la NASA en la era del Apollo o de las 250.000 empresas contratantes ha delatado ningún testimonio sospechoso sobre el hecho presuntamente fraguado.
· ¿Cómo se hizo para que los magos de los efectos especiales que montaron las escenas de caminatas en la Luna se mantuvieran en silencio durante décadas?
· Las muestras científicas, evidencias fotográficas y telemétricas efectuadas desde la Luna son incontrovertibles. Las horas de videos de las caminatas lunares son excesivamente complejas como para poder ser fraguadas con la tecnología de los años sesenta.
· Quienes afirman que todo fue un fraude dicen que ni el telescopio más potente puede divisar ningún objeto dejado por el hombre en la Luna. Al respecto contestamos que el objeto más grande dejado allí tiene cuatro metros y el telescopio espacial Hubble no podría ver un objeto menor de 80 metros.
· Cinco pequeñas estaciones dejadas por los astronautas transmitieron información telemétrica en 25 experimentos separados, suministrando información sobre actividad sísmica lunar, temperatura de subsuelo, régimen de impacto de micrometeoritos y otras propiedades de la superficie.
· Luego de suspenderse los experimentos anteriores se continuaron enviando señales útiles para la navegación espacial, mapeo de posiciones planetarias y mediciones de precisión sobre la forma de la Tierra. En la Luna se dejó un espejo llamado retrorreflector que los astrónomos usaron por más de 30 años para medir distancias con una precisión de 20 milímetros.
· Unos 256 kilogramos de rocas lunares han sido compartidas por la comunidad geóloga de todo el mundo siendo algunas (de impactos meteóricos) más antiguas que cualquiera otra existente en la Tierra. ¿Se puede engañar a la comunidad geóloga de todo el mundo?
· Miles de invitados VIP de todos los medios periodísticos de todo el mundo fueron testigos de los lanzamientos de los gigantescos cohetes Saturno V que trepaban majestuosamente los cielos de Florida. Para hacer un fraude la NASA no necesitaba emplear los monstruosos Saturno V que consumían 12 toneladas de combustible por segundo. Hubiera bastado emplear los Saturno 1B y explicar que se estaba armando la nave lunar en órbita baja terrestre (estrategia considerada en aquellos años).
· En los años sesenta la tecnología de efectos especiales era incapaz de reproducir ciertos movimientos realizados en la Luna. Aún hoy sería muy difícil imitar la lenta caída del polvo lunar levantado por las ruedas del vehículo lunar.
· En horas y horas de filmación se ve cómo las sombras se desplazan con dirección y velocidad distintas a como lo harían en la Tierra.
· Los visores de los cascos de los astronautas tienen una cubierta reflectora de oro para proteger de la radiación ultravioleta y además son curvos. En ellas se ven reflejadas imágenes y no un estudio cinematográfico. Trucar esto hubiera sido imposible en aquella época.
· Tampoco hubiera sido posible trucar horas y horas de filmación de objetos lunares siguiendo trayectorias balísticas completamente diferentes de las que hubieran seguido en la Tierra, con una gravedad seis veces mayor.
· Fueron a la Luna las misiones 11, 12, 14, 15, 16 y 17, habiendo descendido allí 12 astronautas, mientras seis se quedaron orbitando alrededor del satélite. ¿Todos ellos estuvieron confabulados en el fraude?
· Una afirmación curiosa. William Brian en su libro Moongate está de acuerdo en que el Apollo fue un fraude pero sospecha que se llegó a la Luna con la ayuda de un sistema antigravedad de propulsión que se copió de un platillo volante capturado. (Extractado de la prestigiosa revista Astronomy)
Tenga usted claras noches.
Asociación Astronómica Amigos del Espacio.