Lunes 22 de Abril de 2013
Américo Piccagli, de la ciudad de San Pedro, recreó la historia de los viejos almacenes de ramos generales.
El importante evento cultural unió a los pueblos presentes.
Las dos jornadas mostraron el interés de los distintos disertantes.
En la jornada del viernes 19, tuvo su cierre en el Salón Blanco del Palacio Municipal el cierre del XVI Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires, evento que fue declarado de Interés Municipal por Decreto Nº 278/13, enmarcado en los festejos por el Sesquicentenario de la ciudad de 9 de Julio.
Cabe recordar que el mismo había sido inaugurado el día jueves, en el marco de un acto presidido por el Intendente Battistella, fue acompañado por la Directora Provincial de Patrimonio Cultural, Marian Farías Gómez, el Director del Archivo de la Provincia de Buenos Aires, Prof. Guillermo Clarke (ambos declarados Huéspedes de Honor), el Secretario de Gobierno, Dr. Ignacio Palacios, el Director General de Turismo, Museo y Archivo Histórico "Julio de Vedia", Prof. Roberto Castro y otros funcionarios.
En las dos jornadas, se desarrollaron numerosos talleres y exposiciones, entre ellas las llevadas a cabo en la Comisión de "Sociedad y Vida Cotidiana", donde Américo Piccagli, oriundo de San Pedro, disertó acerca de los viejos almacenes de campo o almacenes de ramos generales.
"Hablamos de los acontecimientos que rodearon a la aparición de las primeras pulperías, que comienzan a ubicarse en lugares fijos después de un decreto de Rosas del año 1831, ya que anteriormente eran volantes.
Las primeras de ellas aparecen en las estancias, donde se da también un movimiento político y militar, como sucedió en San Pedro, donde recaló San Martín, por ejemplo; cuando los españoles remontaban el Paraná", señaló Piccagli.
Por otra parte, también se hizo referencia a las culturas originarias de estas zonas -fundamentalmente Querandíes-, y cuyos herederos están hoy manteniendo los nombres de aquellas primeras estancias, como es el caso de "La Invernada", que fuera comprada por Antonio Rodríguez, padre de Fray Cayetano Rodríguez, prócer de la Revolución de Mayo y que en realidad tenía otro nombre -Diego José Serapio-, adoptando el apodo cuando ingresa a la orden.
En tanto, volviendo sobre las pulperías, apuntó que las primeras "comercializaban alcohol y tabaco, apuntando a trabajar con los inmigrantes que venían a trabajar los campos, con lo que posteriormente a solicitud de los clientes comenzaron a incorporar otros productos, hasta llegar a tener un stock amplísimos de mercaderías, lo que dio lugar primero a los almacenes de campo y posteriormente a los de ramos generales".