Jueves 12 de Junio de 2014
Homenaje al Dr. Angel Hagopian.
La palabra, hablada y escrita, siempre a destinatarios muy precisos.
En un tiempo fueron sus alumnos del Instituto Mariano Moreno, quienesen absoluta rebeldía muchas de las veces no comprendían la sabiduría de las mismas.
Siempre fueron sus pacientes a quienes sabiamente explicaba los beneficios de una vida sana y establecía las diferencias entre la medicina alopática y la homeopática, planteando con claridad los beneficios de esta última, y la que abrazó convencido y ejerció con responsablidad y dedicación por mas de 3 décadas y más de 5 décadas en total.
Otras veces sus interlocutores fueron los niños a quienes les dedicó las palabras de La Biblia a través de la enseñanza del catecismo, y otras veces los creyentes adultos fueron quienes compartieron su interpretación sobre la palabra de Dios.
Algunas veces los vecinos compartieron con él, el encuentro alegre del cuento, la anécdota, el chiste que siempre tuvo a mano en su libretita para no olvidar el desarrollo y el remate que conquistaba la risa de quienes en ese momento se entregaban al relato ingenioso y expresivo que supo mantener, Otras veces en reuniones la palabra cantada era el deleite de los oídos.
Decía, la palabra fue su vida, muchas veces incomprendida, a veces ni siquiera escuchada, porque cuando habló no lo hizo desde el discurso hueco para conquistar simpatías, habló con el ejemplo, desde una vida ética, desde la rectitud y severidad para consigo mismo, transformándose así en un espejo en el que mirarse, se torna difícil.
La palabra cuando supo despedir amigos/gas, personas importantes del pueblo, cuando partieron hacia otras geografías o cuando partieron a la eternidad.
La palabra en los escritos y en el discurso, que supo dedicarnos cuando nos veia flaquear en nuestras vidas, cuando nos veia vulnerables ante situaciones infortunadas, cuando el dolor caló profundo en nuestras vidas.
No olvidó resaltar a las personas que hicieron, dieron y vivieron para la comunidad en la que eligió para vivir y desarrollar su profesión, su vida, su familia y en la que descansar eternamente.
Supo del desprecio, del olvido, de la incomprensión y de la crítica malsana, supo sabiamente callar el dolor al que fue sometido, dolor que acusó su cuerpo al final.
Comunicador incansable. Escritor preciso. Palabras justas, certeras, precisas ¿incomprendidas? ¿incomprensibles?
Tal vez......
Supo usar sus palabras en beneficio de su pueblo, acompañando y proponiendo obras para la pequeña geografía quiroguense, fue el Rotary Club ese lugar en el que además cosechó amistades y generó acciones de jóvenes a través de la organización de Interac Club; trascendiendo a la región y siendo admirado por su certera oratoria y conocimientos. Fueron otras instituciones, fueron las escuelas, la Iglesia, el hogar de ancianos.......
Investigador y lector incansable, los libros lo acompañaron en su espacio especial de la casa, en el consultorio, en el desarrollo de su profesión, en su permanente formación personal.
La palabra presente para comunicar, enseñar, contar, curar, decir amablemente, severamente, intentando no herir a sus interlocutores, pero diciendo siempre su pensamiento, su verdad a secas, como decimos vulgarmente, sin anestesia.
La palabra a las familias, a los ancianos, a los niños, a los creyentes y a los no tantos......
Siempre la palabra presente en su oratoria, en su lectura, en sus escritos....
Del otro lado el silencio, para escuchar, aprender, contrargumentar, comprender......
El silencio absoluto en su partida, tal vez la sorpresa de su muerte ¿inesperada? y ante la ausencia de tanta palabra.....
El silencio aún para decirle adiós desde el corazón y para agradecer haber elegido el lugar donde vivir, desarrollar su vida y descansar eternamente; para agradecer el destino de sus ideas y propuestas de obras, proyectos para que la comunidad crezca.
Palabra ausente en la despedida final.
Dr. Hagopian buscaremos su palabra en el silencio, sus sabias enseñanzas en lo cotidiano, pero no permito el silencio ante su partida.
Gracias por sus palabras, sus ejemplos, su afecto, no siempre comprendido, su amistad, su crudeza en el decir, pero a la vez su certera expresión.
Segura estoy no lo olvidaremos.
Zulema Porta
DNI 11.884.890