Lunes 2 de Noviembre de 2015
El atleta hipoacúsico y no vidente dejó conceptos de su experiencia de vida antes de la prueba final de la Copa de Maratones.
Martín junto a su esposa y Ana Gentile de Manhala.
“Yoyo” Maldonado participó de la jornada realizada el sábado.
En el marco del desarrollo de la prueba final de la Copa de Maratones 2015, previamente a la competencia atlética, se desarrolló en el Salón Blanco del Palacio Municipal una interesante charla a cargo de Martín Kremenchuzky quien padece síndrome de Usher, una enfermedad poco frecuente. Prácticamente una rareza de origen genético que provoca hipoacusia, falta de equilibrio y pérdida progresiva de la visión. Martín convive con ella y nunca detuvo su marcha, hasta hace seis años cuando perdió definitivamente la visión; lo que de todas maneras no le impide desarrollar una actividad atlética ejemplar.
Ingeniero en sistemas, padre y novio. Practicó arquería y jabalina. Integró el seleccionado argentino de remo. Tomó clases de saxo, tango y rock. Cursos de oratoria y narración. Su vida no tiene límites. Nadie puede ponérselos y cuando aparecen, él se encarga de superarlos.
Su charla fue realmente interesante y su experiencia de vida, más aún.
“Cuando quedé ciego, mi primera actividad física fue el remo, llegando a integrar la Selección Nacional. También hice jabalina y después empecé con los maratones, carreras de aventura y en mayo pasado me convertí en el primer argentino en hacer una Ironman”, señaló, al remarcar que estas dificultades en su salud “no impiden superar barreras, porque todos podemos dar mucho más de lo que creemos”.
En tanto, respecto de las barreras que debió sortear, mencionó como la primera “aceptar la discapacidad, lo que uno es sin engañarse y maximizar lo que uno puede hacer con actitud y perseverancia”.
“Obviamente hay mucha gente que con su ayuda y su afecto me ha permitido realizar esto, y hacerlo más fácil, y también para transmitir mi experiencia desde el plano motivacional, como ha sucedido en 9 de Julio, haciendo hincapié en que todos podemos dar mucho más de lo que pensamos”.