Sábado 31 de Octubre de 2015
Cuando se aprende Tango, ¿cómo saber si uno/a está listo/a para bailar en la milonga?
¿Cómo saber el tiempo que se debe pasar tomando clases antes de bailar en una pista? ¿Es necesario bailar bien para ir a la milonga?
Estos puntos son todo un misterio, y cada quién dará su opinión: Hay quienes dirán que bailando se aprende, y hay quienes dirán que para ir a ciertas milongas hay que aprender primero y tener un muy buen nivel de baile. No todos los cuerpos aprenden de manera similar. Si se va a la milonga antes de tener seguridad en el baile, a algunos/as, la milonga les abrirá la cabeza y quizá les suelte el cuerpo; pero para muchos otros puede dar una sensación de inseguridad muy desagradable, miedos, y experiencias traumáticas en donde quizá gente que baila mejor o diferente, nos maltrate. Todo esto es difícil de olvidar si no se está preparado, lo cual puede sentar inseguridades que retrasen mucho el aprendizaje del baile, dependiendo el carácter y seguridad de cada uno/a.
Como sea, basándome en mi experiencia haber tenido muchos alumnos tanto aprendiendo de cero en una academia, como otros venir a tomar clases luego de años de haber aprendido bailando en milongas*, voy a señalar algunas dificultades, errores o problemas de quienes fueron antes de tiempo a la milonga o de quienes no se dedicaron a tomar clases mientras iban a la milonga….Estos problemas o errores son “muy” difíciles de corregir. Los profesores les llamamos “vicios”, ya que fueron adquiridos hace tiempo y nunca nadie les había advertido que eso estaba mal, o que era impráctico y hasta desagradable para quien baila con ellos/as. Otros vicios también se desarrollan por bailar con parejas fijas.
En el caso del hombre, son comunes los “vicios” de una marca excesivamente fuerte y asfixiante, caminatas zigzagueantes, no prestar atención al equilibrio de la mujer, tener un estilo de baile poco flexible a otros estilos (quiere decir que obligan a la mujer a bailar como él sin fijarse si ella puede seguirlos) y muchas veces subir y bajar constantemente al caminar, al mejor estilo pantera rosa.
En el caso de la mujer, los “vicios” más comunes son: colgarse con los brazos sobre hombre para no perder el equilibrio, peso excesivo en la respuesta de la marca del hombre, adornos forzados o interponer pasos que el hombre no había marcado, puntas de pie constantes, o puntas de pie en donde no es necesario hacerlas, apurarse en muchos pasos de giro, respuesta exagerada en los voleos y perdida frecuente del equilibrio.
Otras contras: La milonga en sí, puede ser un ambiente muy duro y hasta agresivo, si uno/a se apresura a asistir sin estar preparado. Uno puede encontrarse con mujeres que no salen a bailar o que te dejan en la pista, o si se es mujer, estar sentada toda la noche y hasta hombres que solo se acercan para bailar solo un tango y para dejar una tarjeta donde se ofrecen a dar clases particulares, sin que se les haya solicitado nada!
Afortunadamente, existen “LAS PRÁCTICAS”. Estos lugares realmente muy similares a una milonga, en donde además de tener un ambiente muy parecido, uno puede equivocarse sin miedo, o sin que nadie pueda quejarse de esto. Además de poder practicar pasos de los que no se esta seguro o hasta cambio de roles si que nadie mire raro. Estos ambientes son muy importantes para el desarrollo de la danza, en donde hay un escalón intermedio para quienes desean ir a una milonga y no están preparados física o psicológicamente.
Por otro lado, hay prácticas en donde hay muy buen nivel de baile y hasta mejor ambiente que en muchas Milongas.
Ojo, con todo esto, no quiero decir que la milonga es algo contraproducente… todo lo contrario. La milonga es algo que enseña constantemente a quien está listo para recibir esa información y por sobre todo, es el objetivo real del baile!
Allí es donde disfrutaremos de un abrazo que nos acelere la respiración, nos haga cerrar los ojos y sentir un tango que no queramos que termine nunca.
A lo que apunto, es que la milonga puede enseñar cosas buenas como malas, por eso, mi consejo, es que cuando alguien está muy seguro con su baile, en un nivel intermedio o avanzado, baile todo lo que pueda en la milonga, y por sobre todo con diferentes parejas y desconocidos/as. Esto puede traer grandes beneficios para el aprendizaje y desarrollo de la danza, si mientras se milonguea** se mantienen clases regulares, ya que la milonga nos dará información buena y también mala (“vicios”) y si bailando adquirimos experiencia pero también nos ensuciamos con “vicios”, las clases logran limar o limpiar los “Vicios”, haciendo, que se mantenga la técnica aprendida anteriormente, mas ganar la soltura de bailar con otras parejas y otros estilos, así como tal vez pasos que desconocíamos o tiempos que nunca antes habíamos sentido.
Lo ideal para el aprendizaje, es no apurarse para bailar en una milonga, darle tiempo al cuerpo y la mente para tener seguridad; digamos por lo menos, tener un nivel intermedio muy firme y confianza en que podremos entendernos aunque sea un poco, con gente que baile otros estilos que no son el nuestro. Y una vez seguros de esto, salir mucho a milonguear, manteniendo una buena cuota de clases que corrijan cualquier posibilidad de “vicios”.
BAILONGO SOLIDARIO a beneficio del Hogar del Niño: 7 de Noviembre, 22 hs. Cierre a toda orquesta con Agrupación Diamante. Organiza: Fundacion Tango Argentino, filial 9 de Julio, BA.