Martes 6 de May de 2014
Por Guillermo Blanco.
Todas las convicciones volaron por la sala Roberto Arlt cuando el autor, Fernando Signorini, abrió el primer ejemplar de “Fútbol, llamado a la rebelión”, y los conceptos vestidos de historias y anécdotas, se esparcieron en un ámbito singular. Por aquí el referente mayor, César Menotti, muy cerca el ex tenista Martín Vassallo Argüello, por allá el ex Dúo Salteño Chacho Etchenique, el director técnico deportivo de la Nación, Osvaldo Arsenio, Calica Ferrer, compañero de viaje de Ernesto Guevara antes de que el revolucionario argentino se transformara en el Che, y Héctor Chavero, sobrino nieto de Atahualpa Yupanqui.
Y la familia, y amigos procedentes de su Lincoln natal, y más gente y pibes nuevos con ansias de aprender. Hasta alcanzamos a ver, desde la mesa junto a Signorini, la presencia del nuevejuliense “Coto” Maldonado, ávido por seguir aprendiendo. Ese fue el marco de la presentación que el primer sábado de mayo la editorial Corregidor realizó en la Feria lnternacional del Libro sobre este trabajo de imprescindible lectura para quien tenga la sensibilidad a la altura de las circunstancias. El momento más alto fue cuando subió César Menotti, se estrechó en un abrazo inmenso con Fernando y elogió sus convicciones.
Signorini apela a obviedades que en el mundo del fútbol (y por qué no del deporte en general) es necesario remarcar para que lo sustancial vuelva a encontrar un poco de agua en medio de un desierto por donde transita el deporte superprofesional, que lleva hacia un abismo de difícil retorno.
Su actividad como preparador físico personal de Diego Maradona durante una década (incluso siendo su PF en el Mundial de Sudáfrica), la enorme experiencia con Menotti en Independiente y Rosario Central en el país y la Sampdoria en Italia y los Tecos en México, además de otras tareas también trascendentes en una actividad en crisis, le otorgan a la obra un valor inestimable.
Es un libro de lectura que trasciende las fronteras de lo deportivo y se convierte en un necesario aporte en tiempos en que el rebaño corre hacia un horizonte complicado.
El mismo autor corroboraría esta frase del folklore de autoría de Peteco Carabajal y la asumiría como propia, como para resumirlo todo: “tanto correr pa llegar a ningún lado/ si estaba donde nací lo que buscaba por ahí”.
