Lunes 3 de Junio de 2019
La historia de “Papelito”, una vida entre el circo, los payasos y la música que llega al cine
Carlos Brighenti, conocido como «Papelito», fue el creador de un clásico de la Provincia de Buenos Aires que logró ganarse el cariño de muchas generaciones de juninenses.
El capocómico de la Pampa Húmeda se ganó un lugar en el corazón de varias generaciones que lo disfrutaron cada vez que se presentaba. Humilde pero con una gran riqueza y un enorme amor por su vocación. Fueron más de cuarenta años de circo, cuatro décadas de magia que brindó este hermoso exponente de la cultura.
En una cálida charla con Grupo La Verdad, Brighenti relató que “el circo fue muy conocido en toda la Provincia de Buenos Aires y parte de Santa Fe y La Pampa, entre 1975 y el 2010, cuando el circo cerró. Nací en Norberto de la Riestra, partido de 25 de Mayo, y fui el único “loco” de la familia que se dedicó a esto. El ser músico, puede venir de mi abuelo Héctor Brighenti, italiano, músico y carpintero, quien me quiso enseñar y yo, como tenía oído y me daba maña, no quise aprender. Mi abuelo tenía un piano y ahí sacaba los temas, más tarde, aprendí a tocar el acordeón, la armónica y la guitarra, no sé música”.
“La otra parte, la del actor, la cultivo desde chico, creo que nací actor. Hacía en la escuela obras de teatro para mis compañeros y ya de más grande, y a beneficio de ALPI, por ejemplo, recuerdo que ayudaba a recaudar fondos con obras de teatro que dábamos en los galpones y garajes. En los pueblos chicos anunciábamos de boca en boca y actuaba solo, soy muy solitario, me gusta pensar, y tuve la suerte de escribir un libro sobre las anécdotas del circo, muchas de las cuales fueron ciertas y otras no tanto. No me gustan las mentiras, y acá en Junín hay una que cuando la escucho me da bronca, y es la de los patos zapateadores, que decían que ponía unos patos sobre una chapa caliente y zapateaban y es totalmente mentira. En cambio, si es verdad lo de los cantores del alba. Teníamos que atraer a la gente, la entrada al circo era muy barata. Mi primera esposa era salteña y me había contado que en una oportunidad, en Salta, a los Cantores del Alba se les rompió el auto y no pudieron presentarse en una función y el dueño del lugar agarró dos gallos y subió al escenario y los presentó. Tomé la idea y así fue que lo hice. La carpa se venía abajo, no cabía un alma”, manifestó.
EL ARTISTA
Brighenti confesó que no siempre produce los shows, muchas veces improvisa.
“Cuando llegaba a un lugar me ponía en contacto con la gente del pueblo y allí iban surgiendo las cosas para hacer. En el año 1975, estando en Aparicio y Vázquez Díez, tuve mi primera carpa. Allí vinimos con un pequeño parque, una calesita. Recuerdo que había un circo frente a la terminal de ómnibus, donde ahora está la plaza de los niños, y me invitaron a actuar. También estaba Patagonia, en Tucumán y Primera Junta, otro gran artista popular, quien no pensaba en el dinero, sino en la gente y en la satisfacción de que el circo esté lleno, lo mismo me pasaba a mí. En Patagonia hacía las obras de teatro, porque ellos, don Tito y Mario, eran los payasos”, relató con emoción.
CIRCO PROPIO
Y es ahí donde surge la idea de hacer su primer circo.
Dijo sobre esto que “cuando le dije que iba a montar mi propio circo, era de bolsas de arpillera. Fui a una lonera que estaba en calle Belgrano, me llevé cien metros de arpillera y le dejé mi guitarra en garantía. Cuando lo armé, al frente vivía una señora que era modista y ella me prestó la máquina para coser. Arme una carpa de 12 metros de diámetro, donde entraban unas 40 personas. Tenía una bicicleta con una bocina y salí a hacer publicidad por el barrio. No tenía sillas y, para la primera función, me las prestó Patagonia porque no tenía y ese día ellos no tenían función. A partir de allí, ya todos conocen el resto, si querías ir al circo, debías llevarte tu propia silla”.
LA PELÍCULA
Hace poco más de un año, fue convocado para hacer una película con su historia, y ya está terminada. Es un documental que recoge la vida del creador del último circo criollo de la Argentina. En el film, Papelito cuenta la vida de un hombre, la historia de un circo, la memoria de un arte que se extingue.
Sobre esta experiencia, Papelito manifestó a La Verdad que “habla de esto y mucho más, fue una experiencia linda, como todo lo que hice a lo largo de mi vida, que hice y disfruté de hacer lo que me gusta. Todo surgió cuando vinieron a hacer el video de “Qué hago yo esperando un puto as” los chicos de Las Pastillas del Abuelo y no les cobré nada”.
AHORA
El circo ya cerró, y sigue actuando.
Sobre la actualidad, Brighenti expresó que “sigo actuando, ya tengo 70 años y vivo en Rafael Obligado. Recorro los pueblos, me subo un escenario y hago reír a las familias. Hago un shows para fiestas y cumpleaños, para divertir a todos con cuentos e imitaciones”.
Fuente: La Verdad de Junín.
Noticias Relacionadas
ESTE SÁBADO, EN EL ROSSINI