Lunes 9 de Diciembre de 2013
Junto a la jornada de oración y reflexión contra la droga.
El pasado sábado, desde las 20 hs. en la Iglesia Catedral “Santo Domingo de Guzmán”, conjuntamente con la jornada de oración y reflexión contra las drogas se sumó el ruego por la salud del convecino Gustavo Reinoso, quien requiere un trasplante de corazón y se encuentra en emergencia nacional y primero en la Lista de Espera del INCUCAI.
De esta manera, tras la celebración de la Santa Misa, se desarrolló una procesión desde la Iglesia Catedral hasta la Ermita de la Virgen de Luján en Av. Mitre y Ruta 65, de la que participó un importante número de fieles.
Reinoso de 44 años, esposo y padre de dos hijos espera con suma urgencia un trasplante de corazón que le salve la vida, debido a que sufre una Insuficiencia Cardíaca Aguda y una Miocarditis.
Actualmente está internado en el Hospital Universitario Austral (HUA) en Pilar tras ser derivado de la clínica Independencia de 9 de Julio.
Está casado con Silvina Mato, con quien tiene dos hijos, un varón de 15 años y una mujer 20 años que estudia arquitectura en La Plata.
MENSAJE
El Padre Enrique, en la misa del sábado, al dirigirse a los fieles, manifestó: “Estamos en tiempo de Adviento y hoy la Iglesia nos invita ponernos en este signo amoroso de la Virgen, en el adviento uno hace presente la espera, la alegre esperanza del Señor que viene a nosotros y dispone nuestro corazón, nos invita a que podamos mirarnos a la luz de nuestra Madre en el Cielo. Hoy especialmente en una devoción que está muy cercana a nosotros y que tiene que ver mucho con la celebración de la Virgen. En realidad cuando hablamos de la Inmaculada Concepción estamos hablando del signo esencial de lo que significa la vida, una vida que tiene que estar dispuesta, preparada y encaminada así en presente al Señor y que las dificultades, las contrariedades, las cosas que a veces se nos presentan como no saber para dónde andar, dejar que la Palabra del Señor resuene en nuestro corazón, en el versículo que dice “Porque no hay nada imposible para Dios” y eso lo sabemos, eso lo creemos, eso lo esperamos pero está en nosotros justamente el testimoniar esa vida que espera, esa vida que da fruto, esa vida que de alguna forma lucha y combate en el signo de la fe, la esperanza de la construcción”.
“La Inmaculada Concepción nos inspira a nosotros en mirarnos a la luz de nuestro propio corazón”. Inmaculada es sin pecado. Antes se saludaba así: Ave María Purísima sin pecado concebida, saludo tradicional que algunos lugares sigue teniendo un impulso muy lindo, porque es decir queremos vivir en la confianza, vivir en el diálogo, vivir en el encuentro y solamente lo podemos hacer inspirados en esa pureza. Una pureza que tiene que mostrarnos a nosotros la alegría de decir estoy disponible, mis caídas, mis errores, mis circunstancias que muchas veces no me dejan levantar, tengo que hacer fuerza, tengo que tomar el bastón y seguir caminando y decir vale la pena el desafío de la vida. Confiar en Dios y pedirle al Señor que ningún resentimiento, ningún odio, ninguna diferencia altere la alegría de lo que significa su presencia”, agregó.
“Cuando rezamos y pedimos la intercesión de nuestra Madre, el Señor nos dice no le niego nada a mi Madre, ya tenemos esa certeza y en esa certeza hoy queremos confiarle nuestras necesidades, personales, comunitarias, de los que nos acompañan en la vida y los que desde el cielo también participan en esta Eucaristía. En esta confianza uno le pide la Virgen que nos vaya guiando en el camino. A veces nos sentimos desorientados, desamparados y Dios es todo lo contrario. Nos orienta, nos ampara, nos acompaña y María nos está indicando con su manto también que viene a protegernos y a indicarnos el camino. La pregunta que tenemos que hacernos es: ¿cómo la recibimos? ¿cómo somos capaces de acompañarla?. Vivimos entre los dolores del mundo y los consuelos de Dios”, expresó asimismo.
Finalmente, puso de manifiesto que “nuestra Inmaculada nos dice que vivamos en el perdón, en la unidad y la paz. Hoy que vamos a acompañar a aquellos que sufren en la droga y en la dependencia de tantos que negocian con la vida de los demás. Que esto no nos desaliente, junto con la Virgen queremos levantarnos, queremos caminar y sobre todo queremos transmitir que se puede vivir una vida feliz. A la Virgen le encomendamos nuestra vida y todas nuestras oraciones para que cuide la vida”.
