Lunes 11 de May de 2020
29 ANIVERSARIO DE LA CONSAGRACIÓN DE LA CATEDRAL DE NUEVE DE JULIO
El templo de piedras vivas
El jueves 7 de mayo monseñor Ariel Torrado Mosconi celebró la misa del aniversario de la consagración de la Iglesia catedral a puertas cerradas. En su mensaje destacó la paradoja del momento actual, en el que se ven templos vacíos por le emergencia sanitaria y a los fieles espiritualmente más fervorosos y activamente comprometidos en una caridad solidaria a favor de los sectores más afectados.
La tarde del jueves 7 de mayo el Obispo diocesano Ariel Torrado Mosconi celebró la misa en el aniversario de la dedicación del templo y consagración del altar de la Iglesia catedral de Nueve de Julio, concelebrando con el párroco Guillermo Gómez y el vicario parroquial José Pedraza. Debido -como es de público conocimiento-a la normativa gubernamental por la emergencia sanitaria ante la pandemia, la liturgia tuvo lugar sin la participación de los fieles y transmitida en streaming por los medios de comunicación y redes sociales.
Las lecturas bíblicas de la misa se referían a la alegoría del templo material como símbolo de la comunidad espiritual, en la cual los fieles son como “piedras vivas” por el testimonio de su fe y el ejemplo de su vida. Monseñor Torrado Mosconi, siguiendo con esa comparación, puso de manifiesto la paradoja que significaba celebrar la fiesta del aniversario de un templo -el más significativo de la diócesis- sin la concurrencia de fieles. Esto le sirvió para señalar cuanto estaba constatando en estos días, a lo largo y ancho de la diócesis: mayor fervor en la espiritualidad de los creyentes, intensa activi-dad de Cáritas en cada comunidad atendiendo a los más necesitados e ingenio de los sacerdotes para seguir adelante con la acción pastoral acompañando a sus fieles en su fe y vida cotidiana en medio de tantos condicionamientos, carencias y problemas. “En estos tiempos de crisis, vemos una Iglesia viva, de pié, activa y creativa en la caridad solidaria y en la oración ferviente. Silenciosa y discretamente, sin ruido ni triunfalismos, Cáritas está “donde tiene que estar” junto a los necesitados y vulnerables, las personas solas o ancianas, las familias profundizan su vida espiritual desde el encierro en sus hogares, los sacerdotes han aprovechado la posibilidad de estar, acompañar y mantener unida a sus comunidades utilizando las nuevas tecnologías de comunicación”, afirmó.
Valorando cuanto se está realizando, animó a la feligresía diocesana en su conjunto a continuar por el mismo camino, subrayando que los desafíos y la recomposición futura del tejido social, necesitará de una sólida y madura motivación espiritual que sostenga y amalgame todos los esfuerzos dirigidos a este fin. “Aprovechemos espiritualmente este momento presente, casi como un retiro espiritual, porque vendrá el tiempo recio y duro de la recomposición y reconstrucción a todo nivel en que nuestros espíritus deberán estar fuertes. Será -como dice el Papa Francisco- la hora de una Iglesia realmente “en salida” y “hospital de campaña”. Preparemos ese momento con esperanza, con generosidad y hasta con entusiasmo” enfatizó.
Al final de la celebración dejó su mensaje y saludo el padre Guillermo invitando a la comunidad a estrechar los lazos y vínculos de comunión, como camino para seguir el camino de Jesús, haciendo fecunda y eficaz la misión evangelizadora.
Cabe recordar que el acontecimiento conmemorado tuvo lugar en el año 1991. Fue uno de los últimos actos de monseñor Alejo Benedicto Gilligan al frente de la diócesis y que coronó su empeño de recuperar y adecuar el templo catedralicio a la normativa litúrgica conciliar. Impulsores de aquel proyecto fueron el Padre “Pedrito Traveset” y el arquitecto Luis Bai junto con un compacto grupo de colaboradores.
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