Jueves 3 de Octubre de 2019

MONSEÑOR ARIEL ORDENO UN NUEVO SACERDOTE PARA LA DIOCESIS DE 9 DE JULIO

​“No teman convertirse en pescadores de hombres”

Henderson. El Obispo de 9 de Julio, Monseñor Ariel Torrado Mosconi ordenó sacerdote al joven José Pedraza, en una celebración que tuvo lugar en la parroquia Santa Teresita de Henderson. Fue este sábado 28 de septiembre, ante la multitudinaria presencia de amigos, familiares, sacerdotes, seminaristas y miembros de la comunidad parroquial y diocesana. Durante su homilía, el Obispo resaltó que José está respondiendo al llamado de Cristo “en medio de la noche de los tiempos que hoy nos toca vivir como Iglesia”. Y lo alentó, al igual que a todos los presentes, a “no temer” y a convertirse en un verdadero “pescador de hombres”.

El prelado comparó la situación de la Iglesia actual y del camino que emprende el nuevo sacerdote con la narración bíblica de “la pesca milagrosa”, en donde los pescadores agotados, al final de una extensa noche de trabajo, manifestaban su desaliento por no haber pescado nada. “Qué parecido también a estos tiempos que nos toca atravesar como Iglesia, donde a veces nos esforzamos tanto y sin embargo vemos tan pocos resultados”, opinó. “Sin embargo, el mismo Evangelio nos muestra a una multitud, que hoy como ayer, está necesitada y deseosa de escuchar la Palabra de Dios. No lo olvidemos nunca: detrás y en el fondo de cada persona hay una búsqueda a tientas, un vacío muy hondo, unas llagas profundas que hacen al ser humano necesitado de Dios, de su salvación.

Aún detrás de las agresiones, las críticas, o el rechazo y la persecución, hay que saber descubrir este deseo de Dios. Y aquí está el motivo y el comienzo de toda evangelización, misión y testimonio. La Buena Noticia viene a llenar y colmar este vacío existencial”. Por esa razón alentó a José  a que “por encima y más allá de toda circunstancia y obstáculo, no pierda de vista a esas multitudes que necesitan la Buena Nueva de la vida y la salvación de Jesucristo”. Asimismo le recordó que es justamente en los momentos más oscuros cuando Dios se revela.

“Fue en la noche cuando el pueblo de Israel fue conducido por Moisés para atravesar el Mar Rojo y también fue en la noche cuando nació el Salvador del mundo en un establo de Belén. Se hizo noche en el momento de la muerte de Cristo en la cruz y en la noche santa de la Pascua el Señor resucitó. Como canta un antiguo himno litúrgico “la noche es tiempo de salvación”.

También hoy, en la noche del mundo, de nuestra patria y de la Iglesia, el Señor quiere manifestar su poder y la salvación”. Por eso Monseñor Torrado Mosconi exhortó a los presentes y particularmente al nuevo sacerdote a “dejarse guiar y orientar” por Dios “en esta noche de la fe, respondiendo con fidelidad, generosidad y alegría” y a pedir que “libre a su Iglesia de todo temor que la paralice, divida o encierre en sí misma. Ella -aún a pesar del pecado de sus hijos, del cual debemos arrepentirnos y convertirnos- siempre encontrará la fuerza para ser luz en el mundo, barca de salvación y red de rescate para quienes están hundidos en la desesperación”.

Por último animó a todos los fieles y particularmente al nuevo sacerdote a vivir su misión evangelizadora con profunda fe aún en estos tiempos. “El Señor vuelve a decir hoy a nuestra Iglesia diocesana una vez más, y particularmente a José que será ordenado: “¡No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres!”. Luego de la homilía tuvo lugar el rito de la ordenación.

Tras el diálogo entre el obispo y el ordenando, se cantaron las letanías de los santos pidiendo su intercesión. Con la imposición de manos del Obispo y la oración de consagración, José recibió el orden sagrado como presbítero. Seguidamente le ungieron las manos con el Santo Crisma, fue revestido con los ornamentos propios del orden recibiendo el cáliz y la patena para la celebración de la Santa Misa. Luego continuó la misa como de costumbre con fervorosa participación de los asistentes.

Al finalizar la celebración eucarística se compartió un almuerzo ofrecido por la comunidad parroquial que culminó e una verdadera fiesta del pueblo de Dios para toda la Diócesis y, particularmente, para la comunidad de Henderson por haber visto ordenarse uno de sus hijos en su misma

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