Domingo 21 de Enero de 2018

AÑO PIRONIANO EN NUEVE DE JULIO

La diócesis lo conmemorará con una serie de eventos y actividades

La diócesis conmemorará las fechas más significativas de la vida del Cardenal Eduardo Francisco Pironio, hijo de Nueve de Julio, con diferentes celebraciones y actos conmemorativos.

Con motivo de cumplirse el próximo 5 de febrero los veinte años de la partida del cardenal Eduardo Francisco Pironio el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina y la Acción Católica Argentina  propusieron dedicar un año para hacer “memoria agradecida” por la vida de este buen pastor e insigne purpurado. La diócesis de Nueve de Julio, en cuya ciudad nació, adhirió a estas iniciativas programando y promoviendo una serie de eventos y actividades que se irán realizando en la diócesis.

La diócesis conmemorará las fechas más significativas de su vida como son el nacimiento y fallecimiento, ordenaciones, etc. con la celebración de la Misa y actos conmemorativo a los que serán invitadas personalidades ligadas a su existencia o estudiosos de algún aspecto de su ministerio. Asimismo se realizarán charlas, concursos y otras actividades tendientes a hacer conocer su figura a las jóvenes generaciones y rescatar su herencia de fe, espiritual y pastoral que mucho tiene para decir a nuestra Iglesia y sociedad actual.

CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
El lunes 5 de febrero a las 8 de la mañana misa en el Carmelo pidiendo por la beatificación como se viene haciendo cada día 5 de cada mes.

Por la tarde el mismo 5 de febrero a las 20,30 en la capilla de la casa natal cita en Av. Cardenal Pironio 1111 tendrá lugar la  apertura solemne del año pironiano con una celebración solemne de las Vísperas y un momento de adoración eucarística.

En ese mismo día en el Centro Vocacional cardenal Pironio por turnos se tendrá adoración eucarística permanente de 8,30 a 20.

Apertura de una muestra multimedia sobre la vida y obra del cardenal en su casa natal, hoy Centro Vocacional Cardenal Pironio.

Concurso en las escuelas católicas sobre la vida, historia y escritos del Cardenal Pironio con un premio de

participación en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá 2019

Misión popular por los barrios de Nueve de Julio

Conferencias y testimonios a cargo de personalidades que han conocido personalmente al Cardenal

Encuentros de oración y reflexión sobre la espiritualidad pironiana

Talleres de reflexión sobre los escritos espirituales y pastorales del cardenal Pironio

Retiro espiritual abierto sobre la Virgen, la esperanza  y los pobres en la espiritualidad del cardenal Pironio 

QUIÉN FUE EL CARDENAL PIRONIO
La existencia del cardenal fue rica y pródiga tanto por su calidad humana y cristiana, sacerdotal y pastoral cuanto por sus gestos, iniciativas, escritos e innumerables servicios prestados a la Iglesia en muy diversos ámbitos que van, por ejemplo, desde la pastoral obrera como sacerdote hasta sus responsabilidades en la curia romana al servicio de los papas beato Pablo VI y san Juan Pablo II.

Nacido en Nueve de Julio el 3 de diciembre de 1920 donde se crió e hizo sus primeras letras, ingresó al Seminario de La Plata, fue ordenado sacerdote en 1943 por Mons. Anunciado Serafini en la basílica de Luján. En sus primeros años de ministerio fue director espiritual y profesor en el Seminario de Mercedes, asesor de la Acción Católica y de la Juventud Obrera Católica, y luego vicario general de su diócesis. Después de un período de estudios en la facultad de la orden dominicana -el “angelicum”- en Roma, volvió a Argentina donde se desempeñó como Decano de la Facultad de Teología y Rector del Seminario de Buenos Aires.

En esta época se intensificó su ministerio al servicio de los seminaristas y sacerdotes,  por medio del cual no solamente dejó una huella indeleble en muchísimos de ellos sino también con sus escritos, predicaciones y retiros espirituales fue “haciendo escuela” y delineó un perfil de sacerdote-pastor, profundamente arraigado en la espiritualidad, pródigo de caridad pastoral y encarnado en las realidades y circunstancias en las cuales le tocó vivir.

Fue elegido obispo auxiliar de la Plata en 1964, participó de las últimas sesiones del Concilio Vaticano II como Padre Conciliar. Luego fue destinado a la diócesis de Mar del Plata como obispo diocesano, administrador apostólico de Avellaneda, mientras ejercía también como secretario general y luego presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano.

En 1975 el papa Pablo VI lo llama a Roma como encargado de los consagrados, religiosas y religiosos del mundo entero, creándolo cardenal. En 1984 el papa Juan Pablo II lo hace responsable de los laicos, papel en el que tuvo un rol protagónico en la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud, el Sínodo sobre la identidad y misión de los Laicos y la encíclica “Christifidelis laicis”.

De muchas maneras permaneció vinculado a la ciudad y a la diócesis natal. Además de las visitas familiares siguió manteniendo relación con sacerdotes de los cuales había sido compañero o profesor, acompañando a muchas religiosas, fue uno de los que hizo posible la fundación del Carmelo y de la venida de las Hermanas de la
Presentación, estrecho fue su vínculo con el Monasterio de Los Toldos y su abad de entonces el P. Mamerto así como con la Congregación Marianistas.

Mención aparte merece su estrecha amistad con el P. Pedro Traveset por medio del cual recibimos testimonios y ejemplos de la vida del cardenal. No es ningún secreto  que, su partida de Argentina le significó un sentimiento de desarraigo muy profundo que pudo asumir solamente desde la fe y el amor a la Iglesia, de ahí que -como él mismo lo contaba- volver a su pago chico era un gozo y un consuelo. En este sentido, también es bien conocida su fuerte y ferviente devoción por la Virgen de Luján que le vino de su misma  familia y las circunstancias de su nacimiento. De él es la frase “a la Argentina se entra y se sale por Luján”.

Falleció en Roma, donde residía, el 5 de febrero de 1998, la misa de su funeral fue presidida por el papa san Juan Pablo II en el altar de la cátedra de la basílica del San Pedro en el Vaticano. Una semana después fue sepultado en la basílica de Luján. Actualmente está en curso su proceso de beatificación, que se inició en Roma el 21 de junio de 2006. Cabe recordar que todos los cinco de cada mes se celebra la Misa pidiendo por esa intención en el Carmelo de Nueve de Julio.

Por la luminosidad, fuerza y riqueza de su testimonio en tan diversos ámbitos y quehaceres, el recuerdo del Cardenal estará presente en la mayoría de las actividades diocesanas de este año así como de actos especiales que se organicen en este sentido.
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