Lunes 10 de Noviembre de 2014
Bajo el lema "Madre, ayúdanos a trabajar por la paz".
Minutos antes de la partida, los fieles esperan la bendición de Monseñor de Elizalde.
La imagen de la VIrgen de Luján encabeza la 36ta. peregrinación.
La imagen de la VIrgen de Luján encabeza la 36ta. peregrinación.
Peregrinos que recorrieron las calles rumbo al Monasterio de Los Toldos.
Peregrinos que recorrieron las calles rumbo al Monasterio de Los Toldos.
Peregrinos que recorrieron las calles rumbo al Monasterio de Los Toldos.
Imágenes de la Santa Misa ayer domingo en Los Toldos.
Imágenes de la Santa Misa ayer domingo en Los Toldos.
La tradicional Peregrinación al Monasterio Benedictino “Santa María de Los Toldos” concretó en la noche del sábado y ayer domingo 9 de noviembre su 36ta. edición, bajo el lema “Madre, ayúdanos a trabajar por la Paz”.
La partida se desarrolló desde la Iglesia Catedral a las 21 hs. y a las 01,00 hs. de la parroquia de la ciudad de Los Toldos, manteniendo el formato adoptado años atrás para el tradicional evento.
El arribo de la columna se registró a la hora 7 de ayer, donde el Obispo Diocesano, Mons. Martín de Elizalde ofició la Santa Misa, luego de que se cumpla el habitual recorrido por Avda. San Martín, Agustín Alvarez, acceso de Avda. Mitre hasta la Rotonda de Ruta 65, donde no hubo una pausa en la ermita, y siguió hasta el Monasterio.
El lema “Madre, ayúdanos a trabajar por la Paz”, replicó el de la Procesión Liniers - Luján, y se inspira en la prédica y los desvelos del Papa Francisco, que apunta a ir al núcleo de esta problemática de la Paz.
“Nuestro deseo es que se cumplan los deseos de la gente respecto de la búsqueda y la necesidad, y de todos aquellos que acuden con confianza a la Virgen, pidiendo un poco lo que expresa el lema “Madre, ayúdanos a trabajar por la paz”, que no es sólo la paz de las guerras, sino también la del corazón, la de la sociedad argentina, y las familias”, señaló el Obispo Diocesano de 9 de Julio, Mons. Martín de Elizalde.
En el mismo plano la autoridad religiosa puso de manifiesto que “la peregrinación da tiempo para pensar, y todo ello se valora más en una noche de reflexión como ésta”; y que la oportunidad “también resulta buena para agradecer y acercarse a Dios”.