Sábado 3 de Diciembre de 2016
Escuela N° 24 emplazada, cubriendo una gran necesidad, en una gran barriada.
Hace cien años, comenzaste en una sencilla casa de familia y verte hoy en un cómodo, lindo y moderno edificio, es una gran satisfacción.
Fuiste creciendo junto con la Capilla Nuestra Señora de Luján. ¡Cuántos recuerdos, cuánto aprendí! No fui docente en ella en la época que no se tenía miedo a que Dios entrara en la escuela, al contrario se pedía una catequista y me llamó el sacerdote para atender un grupo; y así, en 1969 me hice cargo de él, inolvidable, unos chicos entusiastas, alegres, respetuosos; con qué alegría me esperaban e iban a mi encuentro; así tomaron su Primera Comunión, aún en la Catedral, después nos habilitaron la Capilla, pero por el frío regresamos a la Escuela.
Recorría a pie desde Salta y Corrientes (qué joven que era). Es de destacar el acompañamiento de la comunidad toda, comenzábamos a mediados de Febrero hasta el 6 de Enero que cerrábamos el ciclo.
Luego se unió Clotilde Rivera, que fue una compañera de hierro (ya eran 40 chicos). Se aproximaban las Fiestas y los chicos concurrían a preparar pesebres, tarjetas, regalitos etc. Pensábamos realizar un Pesebre Viviente, citamos a los chicos... eran tantos, tres madres con bebé para representar al Niño Jesús, lo sorteamos, al igual que José y María. Todos involucrados; la Sra. de Nápoles dijo una noche muy seria “voy a comprar una tina grande, llenarla de agua y poner al esposo Rodolfo, sus dos hijos y a mí, hasta que pasaran las Fiestas”.
Recorríamos el barrio, visitábamos hogares cantando villancicos, compartíamos juegos, golosinas. ¡Qué alegría experimentaban al recibirnos, a su vez explicábamos el verdadero sentido de la Navidad, no era necesario comprar tantas cosas.
Luego iba el sacerdote. Si no tenían dejábamos un pesebre. Luego preparábamos el Viviente, nos prestaba algún camionero el acoplado que era alto, para armarlo.
¡Cuántos pastorcitos, ángeles!
El público lo vivía en silencio con emoción, finalizaba con un canto, poesía o expresión corporal; se creaba un clima religioso. Un día el sacerdote preguntó cómo íbamos a ubicar tantos chicos, contestamos, como podemos, pero nadie quedaba afuera y ¡así fue.! Cómo olvidarnos de tanto apoyo, cariño, especialmente los hombres dejaban su trabajo y venían.
No queremos nombrar a nadie por temor a olvidarnos de alguien. Qué el Señor les dé paz a los que se nos adelantaron, y a los que seguimos, que continuemos en la lucha y tratemos de contagiar a otros.
Escuela N°24 ¡qué gran vacío cubriste! Un gran recuerdo y agradecimiento para sus directivos, docentes, auxiliares, cooperadores y comunidad toda.
Un recuerdo especial para la portera que en los días fríos nos calentaba la merienda a los chicos de la Catequesis.
Qué Jesús bendiga a cada uno por su aporte. Cuando se quiere y hay voluntad se puede. Yo decía el Señor proveerá y siempre lo hizo.
Olga M. Navone DNI 1389155
