Jueves 30 de Enero de 2020

TIPS POLÍTICOS

Cerrado por reestructuración

Luego de quince días frenéticos en diciembre, en los que el nuevo gobierno logró sin mayores inconvenientes que el Parlamento sancione la Ley de Solidaridad, que implica un ajuste cercano a los dos puntos del PBI, la política Argentina ha entrado en un impasse veraniego del que le cuesta salir.

El Presidente Fernández no logra poner en marcha su gobierno y parece quedarse en gestos ampulosos y diversos. Al igual que durante la campaña, intenta hacer equilibrio entre las distintas vertientes internas que forman parte del espacio que lo llevó al poder, que son muchas y ninguna responde directamente a su liderazgo, lo que implica un sobre-esfuerzo de negociación mayor.

El mensaje desde el inicio del gobierno fue claro y contundente, se necesita reestructurar la deuda porque para poder pagar es necesario crecer.

El gesto del ajuste ya fue hecho y los mercados lo tomaron inicialmente bien, pero va pasando el tiempo y cuesta encontrar claridad sobre cuáles serán las bases económicas sobre las que se sustentará ese crecimiento que pregona Fernández.

Muchos sectores esperan señales que aún no reciben. En Vaca Muerta reina la incertidumbre y las empresas directamente no saben si invertir o vender su parte en Argentina como anuncia “Schlumberger”, que está deshaciendo un acuerdo con YPF que data de apenas dos años atrás.

El agro recibe mensajes poco claros y preocupantes, se los llama a negociar, pero mientras tanto se suben las retenciones; se anuncia una mesa técnica en agricultura para morigerar el impacto en algunos sectores, pero nunca se la pone en funcionamiento, y no queda claro si la suba de retenciones es todo lo que el gobierno necesita o la situación lo puede llevar a medidas más improductivas como nuevas intervenciones en los mercados de trigo y maíz.

Los sectores industriales y de comercio no terminan de ver la reactivación del consumo que el gobierno anuncia como fundamental para retomar la senda de crecimiento pero es atacada por una inflación que no cede y deja a muchos sectores de la población sin posibilidad de consumir más allá de lo básico e indispensable.

La mirada política del oficialismo está puesta en lograr una renegociación exitosa de la deuda, ese parece ser el eje central para el éxito o fracaso de un gobierno que recién empieza pero sólo, se va poniendo entre la espada y la pared.

Alberto negocia con todos pero termina sin darle nada a nadie, entramos en una senda que de no revertirse lleva a una crisis de expectativas. De a poco, sectores que miraban con esperanza el discurso de un nuevo gobierno van a ir perdiéndola.

Hoy esa crisis aparece todavía lejos y la planteamos como una luz amarilla, pero es necesario que el Presidente, además de hacer equilibrio, logre señalar un rumbo que se vaya refrendando con acciones, hechos y políticas. Esa será la clave para la construcción de un poder propio que le permita liberarse de los tironeos internos que, si no, serán cada vez más fuertes.

Por el lado de la oposición la modorra fue sacudida por el ex-Presidente Macri, que volvió a la escena política en una conversación “informal” con dirigentes sureños del PRO en la que no se privó de pegarle a propios y extraños.

Dijo, Macri, que le advirtió a su equipo que no se podía “tomar deuda eternamente” y que cuando él intentaba reducir el gasto tenía que lidiar con el radicalismo. Más allá del sentido que tengan o no sus declaraciones lo cierto es que no fueron afortunadas en términos políticos.

Como ya hemos dicho, la elección de octubre dejó un dato novedoso: la consolidación del voto opositor al ganador detrás de una única oferta electoral que fue la de Juntos por el Cambio.

Pero esa consolidación no es permanente sino que tiene que ser alimentada con una oferta opositora clara contundente y unificada en el discurso.

Que el ex-Presidente y candidato derrotado en la elección reaparezca con críticas a la propia coalición e incluso a los funcionarios que el mismo eligió genera una tensión innecesaria en una alianza que todavía debe ser construída políticamente y necesita de un liderazgo aglutinador.

Las declaraciones de Macri, si bien iniciales y en un contexto de informalidad, tienden más a la división que al fortalecimiento de la unidad opositora.

CONCLUSIONES

Si bien el gobierno está en sus inicios y queda mucho por delante, parece atarse demasiado a la reestructuración de la deuda y eso puede empezar a hacerle daño en términos de expectativas y consiguientemente de construcción de poder.

Este riesgo se acentúa cuando tenemos un Presidente que llega gracias a una coalición de poder en la que no tiene liderazgo claro sobre ninguno de los espacios.

En el mismo sentido la oposición tiene una oportunidad que para transformarse en realidad necesita diálogos, acuerdos y liderazgos constructivos; así como un mensaje claro a la sociedad respecto de que modelo de país represente el espacio.

Declaraciones críticas respecto del rol que cada parte de esa coalición juega deberían por ahora hacerse en privado y “cara a cara”, esa sería la mejor manera de construir sin sumar tensión.

Lic. Manuel Font
Globaltecnos

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