Martes 29 de Octubre de 2013
Uno puede vivir en Trevelín, Buenos Aires, San Luis, La Plata, o Mar del Plata, como yo, pero es de un lugar y Guillermo Blanco, yo y tantos otros desparramados por tantos rincones de nuestro país, SOMOS DE 9 DE JULIO. Y en este día tan especial para los nuevejulienses me viene a la memoria, una vez más, una anécdota que nos tiene como protagonistas.
Somos amigos hace muchos años (no insistan porque no diré cuántos) y estando yo recién llegado a esta querida Mar del Plata hace mucho tiempo, Guillermo, que cubría un cuadrangular de fútbol internacional en el Mundialista, lo primero que hizo al llegar fue buscarme. Ni mi familia había llegado aún, yo estaba más solo que Kung Fu, así que cualquier cosa que oliera a 9 de Julio me tenía inmediatamente a rueda; mucho más si era un amigo como Guillermo.
Hasta dormí la siesta y me duché en el paquete hotel donde se alojaba el escriba. Después fuimos juntos a la cancha, y coronando la alegría del momento, me presentó a quien hoy es uno de mis amigos más viejos y queridos de Mar del Plata: El Cholo Ciano. Después..., Capítulo V, reunión muy grata en casa de gente amiga de ellos, y despedida al amanecer en un café frente el mar y Plaza Colón.
No nos vemos muy seguido pero sé que el cariño está intacto y en el abrazo grande para él va un muy feliz 150 ANIVERSARIO, para nuestra Querida 9 de Julio y su gente. Nuestra gente.
