Sábado 7 de Febrero de 2015
El 7 de febrero se cumplen 50 años del fallecimiento de quien en vida fuera JOSE FRANCISCO TAPIA (1910-1965).
Nació en la ciudad de La Plata el 19-03-1910 en el seno de una familia de intelectuales, de donde recibió la estimulación que luego aplicaría en el resto de su vida. En esa ciudad realizó sus estudios primarios y secundarios, recibiéndose de maestro.
Su primer trabajo docente lo realiza como director en el pueblo de San Mauricio (partido de Rivadavia), siendo luego trasladado al Partido de Nueve de Julio en donde fue director de varias escuelas primarias: nº16 de Morea, nº 2 de 9 de Julio, nº 3; en la nº 30 de La Colonia, nº 4 (foto), nº1, cargo que desempeñaba cuando le llega la jubilación. También se desempeñó en el Nivel Medio como profesor en la ex Escuela Nacional de Comercio (hoy Media 7) y ex Escuela Profesional Mixta nº 1 (hoy Media 3) de la que también fue Secretario y Director.
Fue inspector de escuelas provisorio en dos oportunidades.
Fue Presidente del Ateneo Pedagógico de 9 de Julio.
La docencia fue su vida y hoy, todavía, los que fueron sus alumnos o ex compañeros de trabajo lo recuerdan cariñosamente y con respeto: “don Tapia”, o “el señor Tapia”; a la que le dedicaba mucho más que las horas designadas por reloj, haciendo de ella el eje vertebrador de su vida, y que iniciara el final de la misma , hecho que sucede a poco tiempo de su jubilación un 7 de febrero de 1965, en forma imprevista, cuando se hallaba de paseo en su ciudad natal, lugar donde descansan sus restos hace ya 50 años.
A pesar de esta dedicación, se las ingeniaba para hacerse tiempo para sus hobbies favoritos: el ajedrez, siendo miembro fundador del Club de Ajedrez “Jaque Mate” compartiendo con amigos como el Dr. Ambrosetti, el Dr. Durán, Araque, Re, Toledo, Berlingieri, Rosetto, vasco Saizar, etc.. campeonatos locales y zonales; pasión que mantuvo hasta su muerte.
Integró la Comisión del Centenario que organizó los festejos de 9 de Julio.
También la música fue su musa, en especial la guitarra, de la que era profesor recibido en Buenos Aires, en épocas en que no existían profesores diplomados en la localidad, dedicándose a la docencia de esta disciplina y a la composición de temas propios o a la transcripción para guitarra de temas de la música universal; también integró un conjunto de guitarras con otros guitarristas locales (como el Sr. Kirschner, el Sr. Abel García, etc.) que hacían sus presentaciones en eventos locales. Inventó un método de acompañamiento y armonización, que favoreció la difusión del folklore. Muchos folkloristas actuales fueron alumnos de él.
Fue poeta. Algunas de sus poesías fueron escritas para eventos especiales como aniversarios, cumpleaños, y/o actos escolares pero otras tratan temas diversos . Hombre honesto, de altos valores morales, fue reconocido por la comunidad siendo designado como Juez de Paz (cuando éste no era Letrado).
Sus múltiples facetas fueron resumidas por un caricaturista local (Villafañe) de la siguiente manera:
De una escuela director, catedrático del jaque, guitarrero y payador...¡Qué mano cebando mate!.
A pesar de todos estos hechos logrados por “mérito propio”, excepto en la memoria de los que lo conocieron, nunca fue destacado públicamente ni en vida ni después de ella, como si no hubiese existido, por eso valga esta nota para resumir algo de su trayectoria y rendirle un humilde homenaje a su memoria.