Lunes 27 de May de 2019

Se desarrollaron los actos oficiales conmemorativos del 25 de Mayo

“Aun frente a cualquier adversidad circunstancial, debemos saber que podemos volver a ser una gran Nación, siempre que cada uno haga su parte”, señaló el Intendente Municipal, Mariano Barroso.

Con motivo de haberse conmemorado el pasado sábado el 209º aniversario de la revolución de Mayo, la Municipalidad de Nueve de Julio desarrolló los actos oficiales alusivos a la fecha, en la referida jornada, desde las 10 hs., y sobre calle Libertad, Frente al Palacio Municipal.

Tras la recepción de autoridades y un chocolate para los alumnos invitados; a las 10,30 hs.se ofició el Te Deum  en Iglesia Catedral “Santo Domingo de Guzmán”; mientras que posteriormente se dio comienzo del acto en calle libertad, frente al municipio, donde dejaron sus mensajes el Intendente Municipal, Mariano Barroso y la docente Clara Schwab.

El jefe comunal de 9 de Julio expresó que “el 25 de mayo es siempre un día digno de celebrar, de recordar, para tener siempre presente esas historias que forman la esencia y el corazón de lo que nos identifica como argentinos. Porque estamos reunidos celebrando nada menos que un nuevo aniversario del nacimiento de la Nación Argentina, que se erigía independiente del Reino de España un día como hoy, un 25 de mayo de 1810.

Pero como todo lo bueno siempre implica esfuerzo, dedicación, constancia y sobre todo trabajo en equipo. La fundación de esta nueva nación no fue la excepción, ni se llevó a cabo de un día para el otro, si bien es cierto que culminó un proceso histórico el 25 de mayo, ese mismo día comenzó otro, que llevó muchos años de enfrentamientos y luchas para que por fin la Nación sea una, y fortalecida pueda desarrollarse.

Desde ese día, y en casi todos los momentos cruciales de nuestra historia, tuvimos que enfrentar divisiones, sobreponernos a la frustración, volver a empezar. La revolución misma fue acompañada por muchos criollos, pero también hubo quienes no estaban de acuerdo y querían mantener la dependencia de España.

Hay una anécdota que me gusta mucho y quisiera compartir. La primera junta solicitó a todas las provincias que adhieran a la revolución, muchas lo hicieron, pero otras, como el territorio de Paraguay, que en aquel entonces pertenecía la virreinato del Río de la Plata, se opusieron. Entonces, el gobierno encomendó al General Belgrano que vaya a conseguir esa adhesión por la fuerza. Belgrano con un ejército pequeño fue derrotado en Paraguay, pero su  valor en combate fue tan honorable, su tenacidad frente a la adversidad tan destacable, y su convencimiento de la causa que defendía tan grande, que fue perdonado por el gobierno y los militares que lo derrotaron, quienes le permitieron regresar tanto a él como a su ejército. Pero lo interesante es que en su camino de ida a Paraguay, como en su regreso a Buenos Aires, Belgrano, sembró la semilla de la revolución en cada pueblo que pisó, que no era otra que la semilla de la libertad. Con el tiempo esa derrota de las armas nacionales, se convirtió en un triunfo de la doctrina de la revolución en Paraguay, y gracias al trabajo de Belgrano fue en adelante imparable el proceso de libertad.

Siempre existieron para las grandes causas los obstáculos, las derrotas, las opiniones contrapuestas, los desencuentros, la falta de compromiso. Pero por otro lado, en los líderes de aquel mayo, que como siempre digo y resalto arriesgaron su fortuna y su vida por una causa tan noble como es la de ser libres y darnos nuestro propio gobierno. Como decía, hubo líderes y muchos vecinos que sí acompañaron y estuvieron dispuestos a sobreponerse a los debates, a los enfrentamientos, a las luchas, y estuvieron predispuestos a consensuar, o a pelear codo a codo. Convencidos de que era hora de avanzar y hacer un país basado en las reglas de las nuevas repúblicas que surgían en el mundo.

Pero vayamos a lo esencial, repasemos algunos puntos de lo que conceptualmente es una república, algo que nos resulta familiar, pero que en aquel entonces era una novedad. Una república implica derechos para los ciudadanos, la igualdad ante la ley, la periodicidad de los cargos públicos que significa que los gobernantes no deben perpetuarse en el poder, la publicidad de los actos de gobierno, etc. Estas características podemos ver que lamentablemente durante muchos años no se respetaron en nuestro país, aun en años de democracia. Por eso la construcción de la república sigue siendo un trabajo de todos los días, y una deuda que tenemos con nuestro pasado glorioso, pero sobre todo una deuda que debemos saldar definitivamente para generar un futuro mejor.

Sabemos que la mayoría de los argentinos defienden y quieren una república fortalecida, pero siempre vamos a encontrar quienes se opongan y que con ideas extravagantes, ideas que carecen de ejemplos exitosos en todo el mundo, la intenten perjudicar. Pero tomando el ejemplo de Belgrano, no debemos rendirnos ni perder la esperanza de que podemos tener una república fortalecida. Aun frente a cualquier adversidad circunstancial, debemos saber que podemos volver a ser una gran Nación, siempre que cada uno haga su parte y como Belgrano siembre la semilla de la libertad, podemos lograrlo, porque tenemos una fuerza y una convicción como Nación que heredamos de esos grandes hombres de mayo, que desde la lejanía de los libros de historia nos guían y nos inspiran a dar lo mejor de nosotros para construir un mejor futuro”.

MENSAJE DEL OBISPO DIOCESANO EN EL TEDEUM

El obispo de la diócesis de 9 de Julio, Monseñor Ariel Torrado Mosconi hizo hincapié en tres tópicos al presidir el te Deum por el 25 de mayo: la justicia, el reencuentro entre los argentinos y el cuidado de la vida.

En primer lugar exhortó a superar los intereses mezquinos que nos dividen y fragmentan como sociedad.  “El reencuentro entre los argentinos reclama un cuidarnos mutuamente, una custodia recíproca, que nos haga crecer y fortalezca, en vez de ahondar oposiciones y debilitarnos como conjunto social”, aseveró delante del intendente municipal Mariano Barroso, los miembros del gabinete y la representación de todas las instituciones comunales en la catedral diocesana.

Mons. Ariel Torrado Mosconi subrayó que la esperanza para la recomposición de nuestra nación se encuentra en las bases de la comunidad a la que calificó como “la parte sana de la sociedad”.

“Una gran mayoría de argentinos de ámbitos y geografías tan diferentes, que cada mañana vuelven a comenzar y apuestan por salir adelante, aunque más no sea, por ese día – remarcó-.  Aquí, en nuestro pago chico, es el obrero y la empleada, o el productor agropecuario y el tambero, el comerciante, la docente, quienes cotidianamente entrelazan esa red que hace posible que nuestra sociedad se mantenga viva, aún con sus problemas. …Son el vasto y amplio sector de la normalidad y el sentido común, son un gran capital activo para la nación. Una reserva tan intangible como valiosa y real. Son la parte sana de la argentina.

El prelado diocesano apeló “a la urgente e imperiosa necesidad en nuestra argentina” de acatar las leyes y de que haya una recta administración de justicia. “Es una de las primeras, básicas y fundamentales realidades que hacen falta para recomponernos y resurgir verdaderamente como sociedad. La justicia, el derecho, el cumplimiento de la ley nos libran tanto de la impunidad ocultadora de la corrupción cuanto de la sed de venganza igualmente dañina y destructora”. En ese sentido citó al profeta Isaías cuando promete al pueblo en reconstrucción que “sólo pasarán de ser un desierto a convertirse en un vergel, si dejan habitar la justicia entre ellos”.

Asimismo destacó que  “la Iglesia suma hoy su voz llamando, invitando y proponiendo, en la conciencia y responsabilidad de saberse parte integrante de la patria y en el deber de comprometerse con su destino y bienestar de sus habitantes”.

Por otra parte llamó a cada uno de los habitantes del territorio diocesano a llevar a la práctica esos valores y actitudes. “No olvidemos que la “vecindad” y la “cotidianeidad” son como dos coordenadas en la cuales se hacen realidad los grandes principios, proyectos e ilusiones. Es “aquí y ahora” donde y cuando se verifica la calidad de nuestro compromiso y responsabilidad, desde lo pequeño de nuestro pueblo vamos reconstruyendo la grandeza de la nación”.

Por último convocó a todos a “suplicar confiadamente por nuestra nación poniendo ante Dios su presente” para que se haga realidad el surgimiento de nuestra patria a través del el reencuentro, el respeto por las leyes y el cuidado mutuo”.

 
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