Viernes 10 de Julio de 2015
En el marco del aniversario del Congreso de Tucumán de 1810.
Un día como ayer era declarada en Tucumán la Independencia.
Fueron muchas las adversidades que debieron enfrentarse en aquellos años, y por ello; en momentos difíciles es importante que tengamos en cuenta los sacrificios que tuvieron que hacer los argentinos de aquellos tiempos en su afán de ser libres.
Los acontecimientos que rodearon a este proceso son conocidos por todos y los hemos estudiado en historia.
Sin embargo, muchas veces no le encontramos el verdadero significado de lo que para nosotros significa ser independientes después de lo que pasó.
La independencia no es únicamente una declaración hecha en un momento histórico determinado, es algo que se construye día a día, es un proyecto de país.
Para un pueblo, independencia es sinónimo de soberanía; es el derecho y el deber de ejercer la autoridad en un territorio, libre de las dominaciones externas, asumiendo como sociedad independiente la responsabilidad cuidar los recursos que en este país se encuentran, de la mejor manera posible por el bien de todos, y también pensando en los que vendrán, en nuestros hijos.
Para un pueblo la independencia es libertad: libertad para disfrutar de los derechos que tenemos pactados en nuestra Constitución, pero también para cumplir con las obligaciones que el ser ciudadanos nos impone, con absoluta responsabilidad.
El 9 de julio de 1816 quisimos ser un nuevo país y no volver a ser dominados por ningún otro, algo fundamental para ser independientes.
Nuestro presente es producto de esta historia.
En esta fecha, pero también cada día, se nos presenta una vez más, la posibilidad de pensar y reflexionar sobre qué tenemos y qué nos falta para consolidar una sociedad con igualdad de oportunidades, basada en fuertes valores éticos. Pidamos a Dios pueda iluminarnos para poder sostener un diálogo maduro y racional, dentro de nuestras fronteras o fuera de ellas.
Sabemos todos que la libertad no llega por el simple hecho de una declaración, sino porque somos leales a la identidad cultural que nos viene desde el principio de nuestra historia como nación independiente. Tenerlo presente en nuestras acciones y decisiones cotidianas, será lo que nos haga verdaderamente libres e independientes.