Viernes 29 de Noviembre de 2013
Por José Luis Di Benedetto.
Los centros de Salud de esta ciudad, atienden diariamente heridos por accidentes de tránsito. El número de lesionados aumenta significativamente los fines de semana. Los lesionados por los siniestros viales, en su mayoría son conductores de motovehículos. Se jactan de ser los dueños de las calles adelantándose a altísimas velocidades, cruzando las esquinas sin respetar prioridades de paso, avanzan zigzagueando, no respetan los semáforos, con el lógico peligro que ello conlleva.
Los incidentes en donde hay motos involucradas abarcan un amplio espectro y no distinguen modelos, cilindradas o sexo de los conductores. Obviamente, también la mayoría conduce sin estar a reglamento, ejemplo, el casco, con varias personas arriba, hasta los he visto con dos y hasta tres niños junto a quien maneja.
Muchos de ellos son menores sin habilitación para conducir…
No hace falta más que dar una vuelta por la ciudad para ver como los motociclistas se apoderan de las calles sin cumplir la más mínima regla de tránsito y ponen en peligro no solamente su vida, sino también la vida de peatones, automovilistas y otros motociclistas que sí las cumplen.
Las medidas que desde el Municipio se pusieron en práctica para controlar este caos, rápidamente se diluyeron en el tiempo hasta quedar casi sin efecto. Como ejemplo la prohibición de poder cargar combustible sin casco.
Quienes circulamos en auto o como simples peatones somos víctimas o potenciales víctimas de estos irresponsables; la falta de leyes en materia de tránsito y la mala implementación de las que hay, hacen que la gestión de tránsito municipal sea deficiente. Y obviamente, si vamos en auto, y tenemos un siniestro sea o no nuestra culpa tendremos que brindarles cierto tipo de reparación, porque circulamos en un vehículo de mayor porte.
Me desempeño como radiólogo en el Hospital Julio de Vedia, y el día domingo 17 de noviembre de este año, alertado por la cantidad de ingresos de personas a dicho nosocomio por choques en motocicletas, decidí solicitar a la policía un mayor control. En mi búsqueda de un funcionario policial, me vi rodeado de motos que tanto por mi izquierda como por mi derecha pasaban mi auto, se me cruzaban y hasta me lanzaban algún improperio.
Al no encontrar a ningún policía para advertir sobre tal situación, me dirijo nuevamente hacia mi trabajo. En la intersección de calle Hipólito Yrigoyen y San Martin, tres ciclomotores corrían carrera entre sí, cruzaron el semáforo en rojo, y como consecuencia, uno impactó sobre el lateral derecho de mi vehículo. Al bajar del mismo, el conductor (menor) se dio a la fuga. Mi impotencia fue total, con el aval de los demás motociclistas que lo acompañaban. Al día siguiente, expuse todo esto ante el Municipio local. La respuesta fue que no se puede hacer nada. Mientras tanto, mi vehículo, el cual utilizo para trabajar, debe repararse y obviamente, tendré que costear dicha reparación.
Exijo como ciudadano que los controles se intensifiquen. Controles de verdad e inexorables que penen con severidad a los infractores con inspectores y agentes bien formados y blindados contra todo intento de disuasión. Estas decisiones, ni son nuevas, ni van a terminar el problema, pero van a ayudar a que, mientras se toman, se trabaje en las soluciones de fondo. Se debería pensar con seriedad adónde se va a llegar si el crecimiento de autos y motos sigue al ritmo actual y tomar decisiones para que este logro de conquistar la movilidad propia, no se convierta en el drama de la muerte o la discapacidad de los miembros de la familia. Sería un progreso que atrasa.
También apelo a los que tienen y hacen mal uso de los ciclomotores y a sus familias, para que les transmitan lo que pueden acarrear con su negligencia, tanto a ellos como al prójimo.
Solo soy ciudadano preocupado por mi integridad y de todos los que habitan esta ciudad, sólo eso.
José Luis Di Benedetto
DNI 14.721.348