Lunes 7 de Marzo de 2016
Después de varios años, en la provincia de Buenos Aires estamos comenzando las clases el día que corresponde, esta situación que debería ser una normalidad, pasó a ser noticia, lo que implica que las cosas no se venían haciendo del todo bien.
El hecho de que todos los años se llegue a poner en duda el comienzo de las clases debido a no llegar a un acuerdo salarial -esto es lo que en principio pareciera dominar la discusión-, pone de relieve la falta de prioridades sobre temas por demás fundamentales para el logro de una educación de calidad para todos los jóvenes.
Sin lugar a dudas, no desconocemos que el tema de los sueldos es importante, ya que los salarios representan casi el 90% del presupuesto en educación, y aun así, los sueldos no son los mejores, cuando tenemos en cuenta el trabajo que se realiza y la responsabilidad que los educandos tienen en este proceso para nuestros hijos, su futuro y el de nuestro país.
Sin embargo, considero necesario ampliar esa discusión hacia cuestiones más estructurales y que hacen al día a día de la labor docente, como la posibilidad de capacitación permanente, de los recursos humanos y materiales adecuados y necesarios para CADA INSTITUCIÓN EDUCATIVA de nuestro país, de las posibilidades y oportunidades de acceso de los sectores más vulnerables al sistema educativo y así mismo repensar las formas en la que se está desarrollando el proceso de enseñanza-aprendizaje en los diferentes niveles -Inicial, Primario, Secundario, Superior-, cada uno con sus particularidades y necesidades específicas.
Debemos reconocer que la educación es la herramienta fundamental para formarnos y prepararnos de cara a un mundo cada vez más competitivo, con amplias posibilidades pero que dependen, en buena medida, de nuestro acierto en corregir y definir un modelo educativo adecuado a este tiempo y situación social en la que se encuentra Argentina.
Trabajemos para discutir qué sistema educativo queremos, qué capacidades necesitamos en nuestros alumnos para la Argentina del Siglo XXI, debemos terminar con la dicotomía de pública o privada, calidad o contención, y avanzar en un sistema educativo moderno pensando en los desafíos que se nos presentan.
Prioricemos una verdadera educación de calidad, miremos el futuro.
Ignacio Palacios.