Viernes 2 de Septiembre de 2016
Por Guillermo Blanco.
Dicen que está por caer un asteroide en el planeta. En realidad ya cayó. Ocurrió en estos días y fue sobre una espacio de tierra que con tanto fervor fue alisado y convertido en cancha de hockey, para que un profesor con todas las letras impulsara el crecimiento de ese deporte en cada vez más chicas. Aunque no se crea, el grupo de padres que forman en su mayoría la subcomisión de hockey de Atlético 9 de Julio, decidió en forma temeraria y con una idoneidad ahora puesta en duda en la toma de decisiones importantes, dejar de lado todo lo hecho hasta el momento para cambiarlo como si fuera un azulejo en los vestuarios en construcción.
Sobre qué se hizo basta con ingresar a Facebook, a Twitter, a la lectura de los diarios y radios regionales y comprobar la maravilla de logros alcanzados.
Pero el asteroide que esta gente tiró destruyó todo lo construido con tanto esfuerzo, la evolución constante de los equipos formados y la ilusión de las propias jugadoras, que creyeron y crecieron a pasos agigantados jugando, aprendiendo lo que es el esfuerzo colectivo, la solidaridad, y hasta empezando a ganar.
Y varias de ellas hasta fueron seleccionadas para la Federación del Centro bonaerense, donde el profesor Daffara también forma parte de un grupo de élite regional y es orgullo como parte de los nuevejulienses. Tal vez algunos no advirtieran la calidad humana y profesional del mismo. Quien esto escribe pudo comprobarlo en parte cuando coincidimos en Italia mientras era jefe de prensa de Maradona y él dirigía una escuela deportiva en Nápoles. Después ya voló más aún y aprendió viendo entrenamientos profesionales y preocupándose por la parte humana que aún tiene el deporte, aunque para algunos pueda parecer secundaria. Un día decidió regresar a su pago natal y ahora se encuentra con semejante piedra, o asteroide.
Con el argumento de traer otro conductor mejor que los acercaría a supuestos escalones de gloria y al pretendido piso sintético, a Daffara le quedaba una actividad acotada con el equipo de las mamis, la utilería y alguna tarea menor. Y menos aún, porque se dudaba que hubiera dinero para el que vendría y para seguir pagándole a él. Eso ocurrió en estos días, sin que la élite de la comisión directiva se pusiera a la altura de las circunstancias. Porque aún con la pretensión de acceder a lugares más altos de la escalera institucional, no se tuvieron en cuenta -muchos padres de los mismos chicos-, las consecuencias emocionales y referenciales de los chicos que siempre ven en sus progenitores lo mejor.
Con la dignidad que lo caracteriza, el profesor dio un nuevo mensaje de ética, condición con la que dio cada paso frente a cada dirigida por él. Saludó y se fue, mientras algunas lágrimas tardías llegaban como reconocimiento de la falta de idoneidad en la toma de decisiones y máxime cuando se trata de toma de decisiones que involucran a grupos de niños y adolescentes. Una locura.
Ahora el asteroide está ahí, tan inmenso como invisible. Quienes desde la dirigencia de ese deporte en un club cuya historia y nombre no merece ser vapuleado así avalaron todo esto, tendrán que asumir su propia responsabilidad de la dirección desde la punta del iceberg. Es desde allí y hacia abajo donde se genera todo.
Se ha hecho mucho mal al sentido lúdico del deporte, aunque es muy difícil que entiendan lo que esto significa. Un piso sintético y algunas copas más llegarán en el tiempo lógico que se venía desarrollando. Pero nunca para querer ser más se debería dejar de priorizar la cuestión humana con todo lo que eso significa, y más en una comunidad que tango necesita de la dirigencia en general.
La idoneidad dirigencial en una disciplina va de la mano con el conocimiento de la génesis del deporte, no con poner el mejor azulejo en el baño a construir, ni nada material que desde afuera pueda parecer gigantesco como podría serlo un piso sintético -que es necesario, por cierto-.
Pero nada es superior a las relaciones humanas que se pueden aunar a través del deporte priorizando el crecimiento armónico y no en hacer prevalecer intereses particulares y más aún cuando hay hijos en el medio.
Una pena. Está a la vista el crecimiento evidenciado en cada lugar donde jugaran. La mancomunión grupal, el sentido de pertenencia que se afianzaba cada día. Hasta las líneas de adhesión enviadas por el director técnico de la selección del Centro provincial a Daffara un ejemplo del valor del profesor naoense. La misma ya está subida a facebook, como la opinión del periodista Juan Carlos Bravo y otras.
“Mi solidaridad a un gran tipo que conocí gracias al hockey, campeonatos y subcampeonatos en poco tiempo, torneos de verano de pista, impresionante trabajo en los seleccionados, tremenda experiencia europea, etc. etc. y sobre todo un ser humano excepcional, . Gracias Walter por lo que diste y le vas a seguir dando a este deporte, en cualquier club que estés. Y recordá que b... y pajaritos sobran en este mundo. Un abrazo gigante y te bancamos. Familia Tolosa”
Ahora, a esperar. Primero, que hagan el piso sintético cuanto antes, y que el mismo sirva para que, jugando allí, se recuperen las convicciones que el profesor brindó hasta ahora. Esto era parte de un trabajo a largo plazo y nadie moriría si el sintético no llegaba pronto, algo que tampoco es de respuesta asegurada. Mientras tanto, habrá que ver cómo hacen para sacar el asteroide que dañó tanto a la sensibilidad de un grupo de chicas que crecían y crecían, jugaban y jugaban, y de buena parte de la comunidad, que no imaginaban que ocurriría algo así.