Sábado 27 de Julio de 2013
El auto tuvo un buen debut el pasado fin de semana.
Todos conocemos lo que hizo en el automovilismo deportivo el Dr. Santiago Maresca, ya que, a bordo de un DKW. Auto Unión, un auto con motor dos tiempos, disputó distintas competencias de regularidad tanto a nivel zonal como también nacional.
En lo que se refiere en zonales disputó la gran mayoría de las competencias que se realizaron para los aniversarios de las localidades del partido, con muy buenos resultados, algunos excelentes y otros con los inconvenientes lógicos que tienen los fierros, mientras que a nivel nacional logró sortear los más bravíos caminos de nuestra patria, en lo que se denominó Gran Premio Argentino Histórico y lograr dar la vuelta de muchos miles de kilómetros fue el mejor premio sin importar el puesto, que es solo una circunstancia.
Pero un día, alguien, que sin querer le inculcó esto del deporte motor, su padre Carlos Maresca lo invitó a que sea el navegante en otro Gran Premio a bordo del Peugeot 404, con el que ya había participado en otros eventos, con distintos resultados, pero en este el binomio padre e hijo, fueron los ganadores absolutos, coronando un excelente trabajo tanto en el manejo como en la navegación.
Pero el bichito de la velocidad estaba instalado y de los caminos de tierra en llanura o pedregosos de montaña a los circuitos había un solo paso y Santiago probó suerte con distintos vehículos de seis cilindros en el Turismo del Centro, mientras entre él y un grupo de amigos con Gustavo Carabajal, Juan Marciota, Eduardo Clérico y el gringo Héctor Pitatore, construyeron un Torino con motor Chevrolet, con mucha prolijidad, sin dejar ningún detalle librado al azar, y lo pusieron en pista en la lluviosa jornada del domingo pasado en Carlos Casares, donde comprobaron que el vehículo funciona muy bien y solo hay que esperar futuras competencias para lograr una comunión entre el vehículo y el piloto, para conseguir muy buenos resultados.
Informe: Norberto Mazzieri por [email protected]
