Sábado 14 de Enero de 2017
Que no calle el cantor
Por Guillermo Blanco.
Homenaje
El periodista nuevejuliense junto a Horacio “Pueblo” Guaraní.
Si se calla el cantor muere de espanto la esperanza, la luz y la alegría. Adiós querido Horacio Guarany (o Eráclito Rodríguez para la desgastada libreta de enrolamiento). Como un pibe amador de tus canciones te esperé una mañana en un negocio de mi #9deJulio natal donde la noche anterior te escuché desde un costa dito, y en el cuadrito está la foto que me saqué con vos entonces. (1964/65).
Tus canciones fueron mi rumbo más de una vez cuando la vida me llenó de rosas o de sus espinas, y hasta en los albores de la concientización social. Unos 40 años después la misma foto, como se puede ver, aunque con una relación personal un poquito más cercana, gracias al amigo común Chaqueño Palavecino. Dicen que te fuiste, carajo.
Ya no pasaré por Luján y giraré la cabeza para ver tus Plumas verdes, donde lloraste una noche cuando te fuimos a visitar con Oscar, quien te obsequió un CD con tus canciones cantadas por él, y te pusiste a llorar cuando escuchaste Regalito. Recordaste a tu madre y a las madres que te criaron en un hogar de luces rojas por las noches. Qué lo parió, Horacio.
En mi pueblo te llorará el payador Jorge Soccodato y entre otros también lo haría mi viejo, si viviera. “Que no calle el cantor porque el silencio cobarde apaga la maldad que oprime/. No saben los cantores de agachadas, no callarán jamás de frente al crimen”. Te vas pero quedan tus temas como símbolo. De amor y de lucha. Vos sos del mar y este grito revivirá en mi guitarra y en la de todos los que seguiremos hasta que volvamos a encontrarnos.
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