Sábado 24 de Octubre de 2015
Con sus 96 años, aún sigue apostando a la actividad agropecuaria, en la zona de El Chajá.
El presidente de Sociedad Rural Capriroli junto a Rolando, reconocido por entidad.
Damas colaboradoras de Sociedad Rural entregan una plaqueta a Rolando.
En la tarde del jueves, la Sociedad Rural de 9 de Julio, con anterioridad a una nueva charla de su ciclo de conferencias 2015, procedió a distinguir al Agricultor del Año, ceremonia que habitualmente se realiza en el marco de la Cena del Agricultor, que organiza el Grupo de Damas Colaboradoras de la entidad y que en este calendario se suspendió por la situación económica del sector y las condiciones climáticas que aquejan al mismo.
“Más allá de la decisión de no realizar la cena en este calendario, no queríamos dejar de reconocer a los productores, buscando siempre exponentes de la persistencia y la tenacidad en el trabajo rural y al frente de las producciones agropecuarias, por lo que en esta oportunidad se eligió a don Manuel Rolando (96 años), quien constituye un verdadero ejemplo”, señaló el presidente de Sociedad Rural de 9 de Julio, Nicolás Capriroli.
Por su parte, el homenajeado aseguró que pese a su edad “trato de mantenerme en la actividad agropecuaria, porque en el campo están muchos años de mi vida y mi trabajo”.
“Yo le huyo un poco a estas distinciones, y si bien me habían buscado años atrás, en esta oportunidad no pude negarme a la solicitud de una verdadera luchadora como es Celina Duca de Bustos (integrante del Grupo de Damas Colaboradoras Ruralistas), quien me acercó la invitación”, agregó el productor de la zona del Paraje El Chajá.
En tanto, sobre su experiencia, comentó que pese a haber iniciado estudios de ingeniería, su padre lo convocó junto a sus hermanos para expresarle que habría de vender lo heredado de su abuelo, porque la situación de ese momento (década del 30), resultaba insostenible.
“Fue allí que decidí dejar mis estudios y junto a mis hermanos tratar de salvar el campo familiar”, comentó con emoción, recordando risueñamente que por aquellos años “había semáforos en la localidad de French para que no chocaran los sulkys”.