Martes 15 de Julio de 2025

​Esteban Bayer brindó una charla en la ciudad

Como nuestro medio lo adelantara, Esteban Bayer, destacado periodista e historiador, hijo de Osvaldo Bayer, presentó la charala “Descubriendo la Historia a través de la obra de Osvaldo Bayer”, que se llevó a cabo el pasado  viernes 11 en la E.E.S N°8. 

Esteban Bayer, es historiador, periodista y traductor literario. Su padre Osvaldo Jorge Bayer, fue un reconocido historiador, escritor, periodista, intelectual, profesor, sindicalista y militante anarquista argentino. Su trayectoria refleja la necesidad en los tiempos que corren, de la defensa de la libertad de expresión, siempre dentro del marco del respeto a los valores democráticos y los derechos humanos. 

En la oportunidad, el Bloque de Concejales de Unión por La Patria, mediante un Proyecto de Resolución, declaró de Interés Legislativo Municipal a la charla.


CONCEPTOS

“Impulsamos siempre la idea de seguir peleando en conjunto y el compromiso de que, si destrozaron un monumento, van a crecer 100 más, para que todos puedan conocer no solo la historia de la Patagonia Rebelde, sino también la figura de Osvaldo como historiador, periodista y militante de las causas justas”, señaló el disertante.

En este sentido, remarcó que, pasado varios meses de los destrozos del monumento a su padre “no hubo ni un contacto del Gobierno Nacional, ni disculpas, tampoco de Vialidad Nacional ni del Gobierno Provincial. Pasó una semana y no hay nada, no hubo contactos para saber cómo seguimos ni qué pasa con el resto del monumento o qué planes tienen”.

En este contexto, Bayer fue contundente al afirmar: “No fue solo un atentado contra la imagen de Osvaldo Bayer, sino contra la cultura, la memoria de Santa Cruz y la historia de la Patagonia. Ese monumento era un homenaje de la sociedad a Osvaldo. Es un ataque que involucra a muchos sectores de la comunidad y lo que hicieron fue algo premeditado, planificado”.

Bayer expresó el profundo dolor que sintió al ver las imágenes del ataque: “El video que vio todo el mundo fue desgarrador. Ver cómo una pala mecánica, que en realidad se usa para construir, era utilizada para destrozarle la cabeza a mi padre me hizo sentir como en los peores tiempos de la dictadura. Pensé: no puede ser que en una sociedad democrática puedan suceder estas cosas”.

“Esos 1500 obreros fusilados hace poco más de un siglo por el Ejército argentino cumpliendo órdenes de reprimir a una huelga general del campo, la más grande que se vivió en la Patagonia en toda su historia, creo que es un ejemplo de cómo un hecho histórico es incorporado en la conciencia de la sociedad.

Lo digo porque si uno recapitula ese tema, esa feroz represión, comandada por el Ejército, la policía, Gendarmería, la Sociedad Rural y los dueños de las estancias, el silencio de la justicia, el silencio del Congreso, y de las llamadas fuerzas vivas, puede dar cuenta que el hecho estuvo tapado por la historia, por nuestra historia, durante medio siglo, 50 años en los que nunca se habló de esa feroz represión.

No estaba en el debate, no estaba en los libros, no estaba en la memoria de la gente, hasta que Osvaldo rescató esa historia del olvido, la volvió a presentar, contó la verdad de lo que había sucedido, un trabajo exhaustivo y minucioso, que no dejó lugar para interpretaciones, ni para tergiversaciones, ni para que los responsables pudieran denunciarlo o denunciar que no había investigado la verdad. Le dio oportunidad a todos los involucrados a hablar, les dio espacio en sus libros. Y ahí quedó para siempre escrita la verdad, en los cuatro tomos de Los Vengadores de la Patagonia trágica, visibilizada en la película La Patagonia rebelde.

Esa verdad que él contó, que él rescató para nuestra historia, para nuestra conciencia histórica y social, estuvo a punto de ser acallada de nuevo durante la última dictadura cívico militar, cuando justamente por esa investigación a Osvaldo lo amenazan de muerte, lo amenazan con hacerle tragar hoja por hoja los centenares de páginas de sus libros, prohíben la película, en un nuevo intento de volver a tapar la olla y que quedara en el olvido otra vez. Pero ahí vemos en la reacción, no lo lograron, había quedado ya en la conciencia de la gente. Osvaldo no tenía ningún interés en escribir investigaciones o un libro para que quedaran en las bibliotecas o para que fueran tema solamente en Congreso de historiadores, no le interesaba la torre de Marfil. Lo más importante es que sus obras quedaron incorporadas a la cultura popular.

Después vino el ejercicio de la memoria, que lo vemos hoy, sobre todo en la sociedad patagónica, en Santa Cruz, donde el tema de las huelgas está presente como nunca en la historia. La memoria activa que ejercen las llamadas mesas de la memoria, de las huelgas, que son una red de iniciativas, personales, individuales, de grupos, de diversas tendencias políticas con un solo objetivo. Están formadas en cada una de las ciudades y localidades de Santa Cruz. Las tenemos en Jaramillo, la tierra donde fusilaron a facón grande, en Puerto Deseado, en San Julián, donde se ejerce la memoria de las famosas cinco prostitutas, las cinco corajudas que se negaron a prestar servicios sexuales a las tropas comandadas por Varela lo tenemos. En Comandante Piedrabuena, en Río Gallegos”, detalló.
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