Viernes 15 de Noviembre de 2013
Abstrayéndonos del resultado y de las razones que lo propiciaron; léase la “ayuda” de un árbitro que dejó de ver dos claros penales, sancionó faltas intrascendentes y muy leves a favor de Once Tigres y otras de mayor riesgo para la visita, la presentación del equipo nuevejuliense, en la noche del pasado miércoles, y por la segunda fase de la Copa Argentina, entregó postales dignas de destacar.
Camioneros venció al equipo de 9 de Julio por la mínima diferencia.
Más de 1000 personas acompañaron al conjunto visitante.
Por las razones que sea, y en un terreno de especulaciones en el que no es oportuno ingresar, la convocatoria del equipo de Camioneros, impresiona.
Con más de 800 personas cubriendo el sector asignado a los visitantes -la popular repleta y dos o tres filas de simpatizantes junto al alambrado-, un folklore futbolero completo con banderas, sombrillas, bombos y trompetas, entregaron una postal impensada para la historia del fútbol local a lo largo de su historia.
Quién habría imaginado dos años y medio atrás, antes de aquel 29 de mayo de 2011 en el que Once Tigres logró el ansiado ascenso al Argentino B que en una jornada de miércoles y en horario nocturno, podría observarse en 9 de Julio tan magnífico espectáculo, ante un marco imponente.
Más allá del rival y su convocatoria, también es de destacar el acompañamiento del público de Once Tigres y de la afición futbolística en general, que, aún siendo menos bullanguero, aportó una presencia magnífica, cubriendo la platea, gran parte de la popular y el resto del estadio; como así también, la impecable presentación del campo de juego y el cuidado de los detalles para vivir una noche de fútbol, a la altura de plazas más importantes o tradicionales del país.
Como lo demostró en lo extradeportivo por las cuestiones anteriormente descriptas, también quedó expresado en la cancha que el club nuevejuliense estuvo a la altura de las circunstancias.
Como fuera expresado en la crónica del cotejo -reflejada en nuestra anterior edición-, los muchachos dirigidos por Daniel “Tato” Márquez fueron más que el poderoso equipo visitante, merecieron sino la victoria, al menos un empate y una definición desde los doce pasos.
Y a pesar que el resultado duela, aún más cuando jugaron aquí cuestiones muy injustas, todo lo mencionado, una vez hecho el duelo deportivo, debe considerarse: el Club puede entregarle a la ciudad una gran noche de fútbol, y este equipo no es menos que nadie.
Sus jugadores sufrieron y lamentaron largamente el resultado, pero seguramente en el vestuario, ese dolor se ha transformado en fortaleza para encarar lo que viene, sabiendo que abundan virtudes y que el compromiso y el esfuerzo de todos están garantizados.