Jueves 5 de May de 2016
Por Guillermo Blanco.
Son bajos de talla pero no de mente. Al menos es lo que se advierte mientras el delantero desde casi el medio de la cancha de papi donde están jugando siete contra siete enanos que la mueven y cómo, apunta al arco y la comba termina en gol. Como suele ocurrir en las inferiores del fútbol convencional, es notorio el espacio a cubrir hacia el travesaño por quien ataja, y eso es un llamado a tirar de lejos.
Esto suele ocurrir en los partidos del seleccionado argentino de Fútbol Baja Talla “Pulga & Pelusa”, y también en otros equipos de diversos países latinoamericanos y del Africa que están tratando de crecer en el deporte más popular.
Agrupados en la Asociación Civil Talla Baja, de Argentina, esta gente le pelea a la acondroplasia que, como ellos mismos explican, “es una displasia frecuente en todo el mundo, y que no esquiva razas y ni sexos. Se desconoce su origen y la posibilidad de tener hijos es del 50 por ciento”. Aunque no hay estadísticas profundas sobre el tema, en la actualidad y desde hace seis años gente que motoriza la actividad en la Argentina desde Corrientes, ha formado la Fundación Nendived (personería jurídica 162/12).
Entrar a youtube y ver imágenes de un partido ante la selección de Perú – país donde a nivel estatal se tomó muy en serio esta tarea de elevar el nivel de la especialidad e incluso se lucha por llegar a hacerla paralímpica- no deja de asombrar. Hay algunos enanos (dicho con ninguna burla, como históricamente suele hacerse) tienen una habilidad más que interesante, y la actitud ante el juego es similar a la de cualquier hijo de vecino.
Ocurre aquí y en Brasil, donde ya hay siete equipos y el Rapadura Cerense, de Fortaleza, posa con una bandera en la que se lee “Jogamos pela paz e contra o preconceito”. (Jugamos por la paz y contra el preconcepto).
Y también hay más equipos en Perú, Chile, Colombia, México, Costa Rica y Ghana en Africa. En todos lados hay una máxima común: sumar más gente a los proyectos por ahora recreativos y deportivos.
Uno de los males que molestan es la discriminación, centrada en la burla. “El fútbol es un deporte que une a la gente, ayuda a socializar, competir y en el caso de las personas con Acondroplasia –ni más ni menos que Enanismo- resulta ideal porque poseemos muchas condiciones que favorecen un excelente juego al que tenemos derecho y en el que encontramos respeto y alegría”, afirma Facundo Mariano Rojas, presidente de la Asociación Civil Talla Baja, de Argentina, con la que uno puede comunicarse [email protected], teléfono 0379 154358595.
Hace un mes se los vio a todos los seleccionados y sus dirigentes en el CeNARD, donde se presentaron ante el subsecretario Orlando Moccagatta para contarles sus proyectos y donde fueron registrados en los legajos oficiales, como una muestra más del crecimiento. También mostraron una imagen posando con Claudia Villafañe, la ex esposa de Diego Maradona, quien se prestó para promocionarlos antes de un partido.
Hoy pareciera que el campo de acción de las personas con este diagnóstico ya no tienen solo el trillado futuro de un circo para hacer reír a los demás, tantas veces sin tener ganas. Y muestran con orgullo y necesidad de que se sepa más de ellos un folleto que en el que está incluida esta frase que sirve como fin de este encuentro periodístico: “Soñar con un mundo que nos incluya es común a todas las asociaciones de pequeñas personas que existen en el mundo, sin distinción de razas, religiones, idiomas, etc. Pero Argentina ha tomado esta posta y la está llevando a cabo con gran repercusión”.
